La de ‘convertir las debilidades en fortalezas’ es una de las frases más recurridas en el mundo de la gestión. Pero ocurre que es cierta. Para Esther Carmona, la Covid-19 ha aflorado debilidades del sistema que es preciso reconvertir en fortalezas para que en el futuro estemos mejor preparados para ofrecer respuestas. Y la única forma de hacerlo, dice esta especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, es atendiendo a la evidencia científica.

Para la portavoz de Sanidad del PSOE en el Senado vienen días importantes. En el marco del anuncio del plan de desescalada, se da la circunstancia de que Esther Carmona es senadora por El Hierro, una de las islas que el 4 de mayo comenzará directamente en la fase 1 de dicho plan.  “Ya era hora de que la doble o triple insularidad tuviera alguna ventaja”, bromea.

Es la única ‘relajación’ que se permite ante una situación que, dice sin ambages, “nos ha aturdido y vapuleado sin esperarlo”. De ahí que pida comprensión ante una toma de decisiones que reconoce como nada fácil. De ahí que también defienda todo tipo de pactos políticos, un trabajo constructivo que excluye el enfrentamiento. “El enemigo es el virus; no el adversario político”, dice en este encuentro virtual que ha mantenido con Gaceta Médica y El Global.

Pregunta. Toca empezar con el dato del PIB, que ha caído un 5,2 por ciento en el primer trimestre. ¿Cómo lo valora?

Respuesta. Era de esperar. Y el siguiente trimestre no va a ser todo lo esperanzador que hubiéramos querido, pero así lo ha tutelado el coronavirus. Pero hemos de pensar que todas las medidas que nos han sumergido en esta crisis socioeconómica —y de la que progresivamente vamos a ver una cara más anémica— son medidas que fueron tomadas para preservar la salud pública Gracias a esa clave hemos llegado al nivel de transmisión que tenemos actualmente. Si no nos hubiéramos confinado, ahora estaríamos hablando de otros resultados económicos, pero en materia de salud pública estaríamos sumidos en una peor situación con el consiguiente colapso del sistema sanitario público.

P. Estos datos no hacen sino poner de manifiesto la necesidad de consensuar un acuerdo, esos nuevos Pactos de la Moncloa o de la Reconstrucción a los que aspira el Gobierno. De cara a la negociación que se abrirá en el Parlamento, ¿qué elementos será imprescindibles incluir, para el grupo socialista?

R. Es imprescindible hacer caso a la lección de la Covid-19. Creo que tanto a nivel nacional como europeo debemos llegar a un consenso para establecer pactos y robustecer lo público, y no sólo en el ámbito sanitario. También es preciso consolidar el cuarto pilar del estad del bienestar, los servicios sociales. Por lo tanto, Pacto por la Sanidad, Pacto por los Servicios Sociales y también todo pacto que tenga como objetivo robustecer lo ámbito público.

P. España es, tras Bélgica, el segundo país en tasa de mortalidad por el virus. ¿Cómo explica el grupo socialista en el Senado estas cifras, y qué autocrítica cabe realizar a la gestión que se está llevando a cabo? 

R. La autocrítica es el mejor ejercicio. Y a nivel político enriquece. Cuando la situación lo permita tendremos que sentarnos a reflexionar qué errores se han cometido, precisamente para no reiterarlos. España, en efecto tiene la tasa de mortalidad que tiene, el segundo puesto por detrás de Bélgica. Una gran lección que debemos extraer es la necesidad de ponernos de acuerdo en qué parámetros utilizamos para que los resultados y las interpretaciones de esos resultados sigan una línea homogénea. Utilicemos todos los mismos parámetros, para empezar. Porque no es lo mismo tasa de mortalidad que de letalidad.

Y en futuros brotes quizás deberíamos hablar de lo que los estadísticos llaman ‘tasa de letalidad observada’. Se trata del número de fallecidos por número de casos clínicos confirmados por 100. Según un estudio de la Universidad de John Hopkins, España está en sexto lugar por letalidad observada. Ya seamos segundos o sextos, en cualquier caso estamos mal, porque mal nos ha dejado la Covid-19, pero deberíamos hablar el mismo idioma.

P. Esta crisis ha puesto de manifiesto la necesidad de aumentar la financiación en Sanidad. Pero a la luz de la recesión económica que llega tocará ver si será suficiente el 7 por ciento sobre PIB. Para empezar, no sabemos ni de qué PIB estaremos hablando….

R. Ese 7 por ciento es escaso. Pero en Ciencia e Investigación hemos sido capaces de implementar, cuantitativa y cualitativamente, proyectos de investigación y ensayos clínicos en tres meses. Bien es cierto que se ha realizado en un contexto de emergencia. Pero también vamos a aprender la lección de ir inyectando progresivamente al sistema lo que éste, a medida que avanzamos, va solicitando. Podemos hacerlo. Hay que presupuestar conforme al avance de las ciencias de la salud.

Esther Carmona: ” Hay que presupuestar conforme al avance de las ciencias de la salud”

P. Se ha dado un paso de gigante al empezar a hablar, por fin, de fechas para la desescalada. Es usted senadora por El Hierro, una de las islas que el 4 de mayo comenzarán directamente en la Fase 1 del plan. ¿Qué sensaciones provoca el estar en la avanzadilla del plan?

R. Nuestra idiosincrasia, nuestro aislamiento nos ha ayudado a contar con escasos 3 enfermos de poca complicación, 0 fallecidos y desde hace tiempo ningún otro caso ha engrosado la lista. He de reconocer que la sensación, por un lado, es vertiginosa porque, tal vez por deformación profesional, me aturde el que no debamos baja la guardia. Por otro, y dentro de la cautela, la sensación de satisfacción por el trabajo bien hecho. La ciudadanía a se ha comportado de forma ejemplar. En esta fase 1 debemos ser ejemplares también. Que nadie baje la guardia porque el SARS-CoV-2 está ahí y en cualquier momento puede aflorar. 

P. Los criterios para la desescalada contemplan el diagnóstico “de todas las personas sintomáticas”. La oposición, en cambio, cree que no habrá desescalada exitosa si no se localiza también a los asintomáticos mediante test masivos. ¿Por qué esto no es factible, para el grupo socialista?

R. No es que no lo consideremos factible. De hecho, el estudio de seroprevalencia nos va a arrojar resultados de asintomáticos. Confirmará si hay carga viral para seguir a sus contactos de manera estrecha. Pero yo el calificativo de masivos no lo utilizaría. El facultativo debe saber a quién se le practica el test. Y existen falsos negativos. La PCR cuenta con un 20 por ciento de falsos negativos. Cuidado, entonces, con hacer masivos los test porque un negativo puede dar una sensación de falsa seguridad que nos anime a relajarnos en el cumplimiento de las medidas. De momento cumplamos con las normas. No porque lo diga el Gobierno, sino porque lo dice la Ciencia.  

P. Esta semana, los test han sido protagonistas por otra razón. El fallo que ha situado a España, por error, como octavo país del mundo en test PCR. A pesar de que la OCDE ha asegurado que se reajustarán las cifras, las críticas no han mermado y han llegado incluso a acusar al Gobierno de manipulación. ¿Qué tiene que decir ante lo ocurrido el grupo socialista?

R. Las críticas de supuesta manipulación me duelen y retratan políticamente. Angel Gurría, secretario general de la OCDE, ya pidió disculpas. Negó cualquier manipulación por parte del Gobierno español y defendió que el ministerio elevó dos tablas de resultados: la que desglosa el número de PCR y test de anticuerpos y otra con el número total. El total de test realizados nos colocaba en esa octava posición, y la primera en el 17. Pero, aunque evidentemente es significativo, esto no es una carrera. Lo más importante no es estar en el puesto 1 o en el 17, sino nuestra capacidad para seguir haciendo más test cada día.

P. ¿Qué hay de la propia Comisión de Sanidad? ¿Habrá hueco en la agenda para asuntos más allá de la Covid-19?

R. Ahora, en cuestión de gestión hay que establecer muy bien las prioridades y mucho me temo que la Covid-19 va a ser la protagonista durante mucho tiempo. Pero no debemos olvidar de avanzar en el futuro Pacto por la Sanidad, en las comorbilidades, en el Plan Nacional contra el Cáncer… Aunque estemos concentrados en la crisis y en sus consecuencias socio-económicas, seguirán existiendo otras patologías y debemos prestarles atención. La vida continúa, y la Comisión de Sanidad del Senado continuará. Eso sí, priorizando. Debemos hacer una lista pormenorizada de prioridades para ir abordando los oportunos asuntos.

Esther Carmona, portavoz de Sanidad del PSOE en el Senado.

P. Los especialistas han alertado de una bajada en las coberturas vacunales. ¿Es preciso un plan de rescate para recuperar las tasas previas a la alerta por Covid?

R. Dentro del calendario autorizado, los expertos ya han aconsejado hasta qué edad es prioritario cubrir inmunológicamente a los niños. En relación a mayores de 65 años, tenemos pensada una planificación estratégica de refuerzo y concienciación. Ahora es importante de cara a la influenza, y de cara al neumococo en la población de riesgo por patología respiratoria. Ahora más que nunca debemos insistir en la necesidad de cumplir con el calendario e invitar a que vayan al centro de salud aquellos pacientes de riesgo que no lo cumplen. Ahora va a ser primordial estar inmunológicamente cubierto por las vacunas estipuladas en el calendario.

P. A la luz de esta crisis el Gobierno ha subrayado el importante papel que el sector farmacéutico está llevando a cabo a la hora de investigar, de potenciar la fabricación de los medicamentos necesarios para evitar desabastecimientos, distribuirlos y dispensarlos con todas las garantías…  Teniendo en cuenta que entre los deberes a retomar estará el firmar una nueva estrategia de política farmacéutica, ¿qué postura defenderá el grupo socialista para el sector?

R. Ya el ministro se manifestó en su momento. Hay que agradecer a la industria farmacéutica el sobreesfuerzo que está desempeñado a la hora de mantener la producción. Cada día, 25 millones de pacientes precisan de medicación diaria. Además, hay que reconocer los esfuerzos que ha hecho, aunándose con la Aemps para liderar y llevar a la práctica, en un modelo cooperativo, más de 150 ensayos clínicos.

P. Uno de los profesionales que más desatendido se ha sentido es el de los farmacéuticos. Al sector le consta el reconocimiento del ministro, pero sigue a la espera de alguna acción que reconozca su labor, mucho  más que comercial.  ¿Va a proponer algo el grupo socialista de cara a la farmacia comunitaria?

R. El grupo socialista está abierto, en cuanto la Covid-19 lo permita, a una escucha activa en cuanto a necesidades de este colectivo. Tenemos que ‘mimar’ a la farmacia comunitaria. Forma parte de nuestro sistema. El Ministerio de Trabajo rectificó el documento que consideraba las farmacias como establecimientos comerciales, una corrección que aplaudo. No debemos denigrar a ningún compañero del ámbito, y la farmacia está integrada ahí, siendo la puerta de entrada al sistema, a veces antes incluso que el médico. Como médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, entiendo que si queremos atender correctamente a la comunidad debemos establecer con las farmacias una conexión al mismo nivel. Como médico de familia, yo necesito a la farmacia comunitaria. Debemos estar correctamente engranados. Tendríamos que ser una unidad de atención o gestión comunitaria y trabajar para que el paciente esté atendido de manera integral.

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