RadarCOVID, la aplicación española de alerta de contagios para teléfonos móviles, ha superado su fase de pruebas de forma satisfactoria y ya está a disposición de las autoridades sanitarias de las comunidades autónomas. Así lo ha informado la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, Carme Artigas.

Carme Artigas

El Gobierno ha impulsado esta app como una herramienta adicional que ayude a frenar la propagación del virus, aunque tanto el uso de esta aplicación como la comunicación de un posible contagio serán siempre voluntarios. Además, cuenta con el visto bueno de la Comisión Europea (CE), pues el pasado mes de junio dio luz verde a posibilitar la interoperabilidad entre aplicaciones que usan el modelo descentralizado, como es el caso de RadarCOVID.

Una vez que la aplicación ha recibido el visto bueno de las autoridades sanitarias, el siguiente paso ha sido su puesta a disposición de las CC.AA, tal y como hizo Pedro Sánchez en la XXI Conferencia de Presidentes. Las comunidades que lo deseen podrán conectar la herramienta con sus sistemas de gestión de avisos sanitarios. De este modo, a partir de mediados de agosto ya podrá implantarse en algunas regiones, aunque el lanzamiento a nivel nacional no estará completo hasta mediados de septiembre.

Según los últimos datos que aporta la Secretaría de Estado, ya se han producido más de 500.000 descargas en Android. Si se cumplen las previsiones, solo con que el 20 por ciento de la población se descargara la app, ya ayudaría a reducir la pandemia de coronavirus en un 30 por ciento. A partir de ahí, su contribución sería lineal.

 

¿Cómo funciona la app?

El funcionamiento de la aplicación RadarCOVID es muy sencillo. Al descargar la app, se deberá activar el Bluetooth. Gracias a esta conexión Bluetooth del terminal, los móviles emiten y observan identificadores anónimos de otros teléfonos que cambian periódicamente. Cuando dos terminales han estado próximos durante 15 minutos o más a dos metros o menos de distancia, ambos guardan el identificador anónimo emitido por el otro.

Si un usuario fuera diagnosticado positivo de COVID-19 tras realizarse un test PCR y diera su consentimiento para que, a través del sistema de salud, se pudiera enviar una notificación anónima, los móviles que hubieran estado en contacto con el paciente recibirían un aviso sobre el riesgo de posible contagio. “El PCR es la única circunstancia que consideramos válida para decidir que una persona está contagiada”, explica Carme Artigas.

En este caso, si el paciente informara voluntariamente de que tiene una PCR positiva, le tocaría el turno a la comunidad autónoma a la que pertenece. Es la autoridad sanitaria de cada comunidad quien se tiene que encargar de comunicar a través de un código la situación del paciente.

Sin embargo, RadarCOVID no vulnera la privacidad de las personas, ya que sigue los estándares técnicos más garantistas con la privacidad de los usuarios en cumplimiento de todas las recomendaciones elaboradas por la CE en este sentido. Así, ningún usuario puede ser identificado o localizado porque no hay dato alguno registrado y porque todo el proceso se desarrolla en su teléfono sin salir hacia ningún servidor.

De este modo, en el caso de aviso de riesgo de contagio, se facilitan las instrucciones sobre cómo proceder. Consistirá en llamar al número de teléfono que se proporcione y que será distinto para cada CC.AA. “Esta es la razón por la que en nuestro sistema sanitario descentralizado, cada comunidad debe definir su propio circuito interno tanto para proporcionar los códigos de los contagiados como para decirles a las personas que reciban las alertas a quién deben llamar”.

Éxito de adopción

La prueba piloto de la aplicación empezó “justo un mes después de que Apple y Google publicaran su API el 20 de mayo”, asegura Carme Artigas. “Hemos sido el cuarto país del mundo en desarrollar una aplicación basada en esta API, que es la única que permite la interoperabilidad entre sistemas iOS y Android”.

“Queríamos que la aplicación se probara en una situación sanitaria estable en todo el territorio español”. Es por ello que el piloto no comenzó en nuestro país hasta el 29 de junio, cuando todas las CC.AA ya estaban en fase 3. Terminó el 31 de julio y durante este periodo de tiempo se han simulado cuatro oleadas de rebrotes ficticios de COVID-19. 

El primer objetivo del piloto de RadarCOVID consistía en evaluar la adopción de la herramienta, es decir, el número de personas que la descargarían. Se fijó un objetivo de 3.000 participantes para La Gomera (primer territorio en el que empezó a funcionar), meta que ha sido superada según los datos obtenidos durante la prueba. Durante su desarrollo, y a pesar de que sólo funcionaba en esta isla, más de 60.000 personas descargaron la app en toda España.

Un segundo objetivo consistía en medir la retención, en referencia al número de usuarios que mantuvieron la app activa después de haberla descargado. Los resultados, también satisfactorios, apuntan a un 83 por ciento promedio de retención alcanzada. Además, se analizaba el compromiso de los usuarios en la comunicación de positivos ficticios, lográndose un 61 por ciento de comunicaciones activas, de las que el 78% se produjeron en las 24 horas siguientes a haber recibido el código de contagio simulado.

Otro de los objetivos fue medir el funcionamiento de la app en el traceo de contactos, consiguiendo una media de 6,4 contactos estrechos de riesgo detectados por positivo simulado confirmado. Esa cifra supone casi doblar la eficiencia actual de los traceadores manuales, que en Canarias detectan una media de 3,5 contactos.


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