El Ministerio de Sanidad ha publicado recientemente tres documentos de referencia sobre las recomendaciones de inmunización para la temporada 2023-2024. Uno de ellos aborda las recomendaciones de vacunación antigripal y frente a la COVID-19 para el próximo otoño; el segundo versa sobre la vacunación de rescate con pautas aceleradas, el denominado ‘calendario acelerado’; y, finalmente, un tercer documento que incluye las consideraciones de la Ponencia de Programas y Registros de Vacunas sobre la inmunoprofilaxis del virus respiratorio sincitial (VRS) con nirsevimab (Beyfortus, de AstraZeneca).
Uso de nirsevimab
La llegada del anticuerpo monoclonal contra el VRS, nirsevimab, al calendario nacional de vacunación supondrá un antes y un después en la prevención frente a este virus y las consecuencias graves que puede ocasionar en términos de hospitalización y muerte.
Ante la ausencia de vacunas para administrar durante el embarazo o durante los primeros meses de vida, y la próxima disponibilidad de nirsevimab, con una vida media extendida que permite la administración de una dosis única por temporada de VRS, abre la posibilidad de emplear este nuevo fármaco en una proporción mayor de la población infantil.
De este modo, Sanidad propone tres estrategias de inmunización frente a VRS:
- Administración a población infantil con alto riesgo de enfermedad grave por VRS.
- Administración a menores de 6 meses al inicio o durante la temporada de VRS.
- Administración a la población menor de 12 meses al inicio o durante la temporada de VRS.
Tanto la primera estrategia como la segunda cuentan con la ventaja de una reducción de los costes y una mejor posología al emplear una única dosis de nirsevimab en una determinada cohorte de edad frente a la situación actual en la que se utiliza la pauta de cinco dosis de palivizumab. Sin embargo, ambas estrategias suponen una pérdida de oportunidad de inmunizar a pacientes que no tienen condiciones de alto riesgo (estrategia uno) o a lactantes mayores de 6 meses (estrategia dos). La segunda estrategia, además, al ser cambiante a lo largo del año, puede llevar a errores tanto en el periodo activo como inactivo de la campaña, inmunizándose a lactantes que no debieran y viceversa.
La tercera estrategia, según el Ministerio, conllevaría un aumento de las tasas de vacunación, pues las estrategias universales habitualmente tienen “una mayor facilidad para la implementación y un mejor cumplimiento de la medida”. Otro de sus posibles beneficios es la prevención de casos fuera de la epidemia estacional de VRS si se realizara la inmunización en el momento del nacimiento. Por el contrario, entre sus desventajas destacan el mayor coste económico y la mayor carga de trabajo, al tener que inmunizar a toda la cohorte, o la posible necesidad de implementar lugares adicionales de administración del fármaco a una parte de la cohorte a inmunizar.
En este sentido, Sanidad apunta a que la inmunización frente a VRS podrá hacerse en atención primaria, en los hospitales o en ambos. “En cualquiera de las opciones, durante la temporada de VRS debería administrarse nirsevimab cuanto antes tras el nacimiento, ya que la enfermedad es más grave a menor edad”, concluye el documento ministerial.
Vacunación frente a gripe y COVID-19
El documento con las recomendaciones de la Ponencia de Vacunas sobre la vacunación frente a gripe y COVID-19 en la temporada 2023-2024 en España, fue aprobado por la Comisión de Salud Pública el pasado 12 de julio. Desde la temporada 2021-2022, la vacunación frente a gripe ha coincidido con la vacunación frente a COVID-19 y, teniendo en cuenta la situación epidemiológica actual de COVID-19, se recomienda la vacunación durante la temporada de otoño-invierno (2023-2024) a grupos de población diana.
Los grupos a los que se recomienda la vacunación de gripe y COVID-19 son:
- Población infantil entre 6-59 meses.
- Personas de 60 o más años. Esta es una novedad, ya que antes eran los mayores de 64 años, aunque varias comunidades ya habían bajado, por cuenta propia, este umbral a los 60 años.
- Niños a partir de 5 años, adolescentes y adultos hasta los 59 años: internos en residencias o institucionalizadas (mayores, discapacidad, prisiones, etc.) o con condiciones de riesgo (se incluyen también a los niños y adolescentes de 5-18 años de edad que reciben tratamiento prolongado con ácido acetilsalicílico).
- Embarazadas en cualquier trimestre de gestación y mujeres durante el puerperio (hasta los 6 meses tras el parto y que no se hayan vacunado durante el embarazo).
- Personas convivientes con aquellas que tienen alto grado de inmunosupresión (trasplantadas de progenitores hematopoyéticos, trasplantadas de órgano sólido, insuficiencia renal crónica, infección por VIH con bajo recuento de CD4, algunas inmunodeficiencias primarias) y aquellas sometidas a ciertas terapias inmunosupresoras. También se podrán incluir convivientes de personas con otras enfermedades de mayor riesgo y mayores.
- Fumadores.
- Personas con exposición laboral directa a animales o a sus secreciones en granjas o explotaciones avícolas, porcinas o de visones o a fauna silvestre.
El ‘calendario acelerado’
Finalmente, el Ministerio ha publicado el denominado ‘calendario acelerado‘, es decir, las vacunas que se deben administrar a personas de diferentes edades que no tienen documentadas en su historial de vacunación las vacunas recomendadas con las pautas correctas.
Este es el caso de aquellas personas procedentes de países con diferentes calendarios de vacunación, personas que presentan una historia de vacunación incompleta, o aquellas que no hayan recibido ninguna dosis de vacuna (o bien no se tiene constancia documental de que una vacuna ha sido administrada), tal y como menciona Sanidad en el documento.
En el caso de las personas inmigrantes, que tienen “un riesgo similar a la población nativa de desarrollar enfermedades infecciosas, aunque pueden ser más vulnerables”, debe asegurarse el mismo nivel de protección que el de la población autóctona frente a las enfermedades infecciosas en general y, específicamente, frente a las enfermedades prevenibles por vacunación.
Sin embargo, Sanidad considera que para poblaciones desplazadas y refugiados puede ser necesario establecer estrategias específicas de actuación para asegurar la protección de la población infantil y adulta, prevenir brotes en situaciones de hacinamiento y asegurar la continuación del calendario de vacunación infantil. También hay que asegurar que el personal que atiende a estas personas esté correctamente vacunado según las recomendaciones establecidas, para garantizar su protección y evitar la transmisión de unos a otros.
Así, a la hora de inmunizar a esta población que no cuenta con las vacunas recomendadas a nivel nacional, se debe valorar la situación de vacunación según la documentación de la que dispongan y la existencia de factores de riesgo (inmunodepresión, algunas enfermedades crónicas, etc.) que puedan modificar la indicación de ciertas vacunas. De este modo, Se establecerá un calendario personalizado que incluya el número de dosis necesarias según la edad y sexo. Para ello, se fijará el momento de inicio y los intervalos entre las dosis a administrar.