La Reunión de Alto Nivel sobre Resistencia a los Antimicrobianos (RAM), celebrada este 26 de septiembre en la sede de las Naciones Unidas, es el principal evento oficial centrado en la salud durante la Semana de Alto Nivel de la 79ª Asamblea General de la ONU.

Mediante una declaración política, los Estados miembro de la ONU se comprometerán a establecer nuevos objetivos y medidas prácticas para hacer frente a esta amenaza global para las personas, los animales, y el medioambiente. Es la segunda vez que los líderes acuerdan elaborar una declaración política para combatir la RAM en la Asamblea General de la ONU, pero ahora se espera que el nuevo texto sea mejor y más ambicioso.

“Ya tuvimos una sesión en 2016, pero desde entonces hemos seguido cogiendo impulso y generando más conciencia sobre si estamos cerca de donde debemos estar; la respuesta es no y de ahí el porqué de la necesidad de esta cumbre”, ha apuntado Mia Mottley, primera ministra de Barbados y presidenta del Grupo de Líderes Mundiales sobre RAM.

Por su parte, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha señalado en una sesión informativa previa a la Reunión de Alto Nivel que “la aprobación de la declaración es una fuerte señal de que los países están comprometidos a abordar uno de los problemas globales más urgentes“. Una amenaza para la salud global que, tal y como ha recordado, mata a más de un millón de personas al año y “aumentará un 10 por ciento de aquí a 2030”.

“Ningún país es inmune a esta amenaza, pero aquellos con ingresos bajos y medios soportan la mayor carga. Por ello, la declaración incluye un objetivo para reducir las enfermedades globales asociadas a las bacterias“, ha expuesto el director general de la OMS.

Antibióticos contra las RAM

Mottley ha definido a esta amenaza mundial como una “pandemia silenciosa que ha estado durante todo este tiempo, provocada por el uso excesivo o escaso de antibióticos“.

Precisamente, Adhanom Ghebreyesus ha puesto de manifiesto que, “debido a la rápida propagación de resistencias, nos enfrentamos a una alarmante caída del pipeline de nuevos antibióticos“.

En este sentido, Mottley ha puesto sobre la mesa que “en el año 2000 teníamos más de 20 empresas investigando nuevos antibióticos, por lo que una de las razones del importante descenso que se ha producido no es la capacidad, sino que se trata de una cuestión financiera”. Y es que las compañías farmacéuticas “no ven el mismo retorno económico que con los medicamentos para la diabetes o para las enfermedades cardíacas, que la gente los usa durante años, pero ¿cuándo se utiliza un antibiótico?”. Por ello, ha instado a “encontrar financiación para investigación y conseguir nuevos antibióticos eficaces”.

“Una financiación sostenible y diversificada es esencial para respaldar el establecimiento de prioridades claras y objetivos mensurables que impulsen una acción decisiva al tiempo que reconocen los contextos nacionales y regionales”, ha apuntado QU Dongyu, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). “Debemos garantizar el acceso universal a medicamentos, tratamientos y diagnósticos, especialmente en los países en desarrollo y en todos los sectores, promoviendo al mismo tiempo medidas preventivas e invirtiendo en investigación, innovación, creación de capacidad e iniciativas audaces de sensibilización”, ha añadido.

Por su parte, Emmanuelle Soubeyran, directora general de la Organización Mundial de Sanidad Animal (WOAH), ha afirmado que “los antimicrobianos ayudan a los animales y a los seres humanos a vivir más y de forma más sana, pero muchos de estos medicamentos que salvan vidas están perdiendo peligrosamente su eficacia, lo que tiene efectos devastadores no solo en la salud humana, sino también en el ganado y la economía en general”. “Es necesario actuar con urgencia y acogemos con satisfacción los numerosos compromisos asumidos por los países a través de esta declaración política”, ha concluido.

‘One Health’

Por otro lado, la declaración subraya la necesidad de prevenir y abordar el vertido de antimicrobianos en el medioambiente, así como intensificar las investigaciones y los conocimientos sobre las dimensiones ambientales de la RAM. Mottley ha apuntado que, en muchas ocasiones, “cuando se desecha un antibiótico prescrito por el médico, se tira por el lavado o el retrete y pasan al medioambiente, por lo que es necesario cambiar el comportamiento individual“. “Y ese es, ante todo, uno de los propósitos fundamentales para esta cumbre de alto nivel”, ha aseverado.

Así, “la RAM está estrechamente relacionada con la crisis del clima, la pérdida de biodiversidad, la destrucción de la naturaleza, la contaminación y los desechos; todo esto contribuye a la falta de acceso a los antimicrobianos adecuados y a la mala calidad de la atención sanitaria, el agua, el saneamiento o la higiene”, tal y como ha expuesto la primera ministra de Barbados.

De este modo, “además del impacto en el sector sanitario, también repercute sobre el sector agrícola, por lo que se debe tener muy en cuenta el enfoque ‘One Health'”, ha destacado Inger Andersen, secretaria general adjunta de las Naciones Unidas y directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). “Tenemos que impedir que las RAM se filtren a la naturaleza a través de los residuos y vertidos agrícolas de productos farmacéuticos”, ha concluido.