Euskadi retrocede en la denominada “nueva normalidad”. El Gobierno vasco ha declarado de nuevo la emergencia sanitaria ante el avance del coronavirus en la región. Con esta situación vendrán mayores restricciones en aforos, agrupaciones de personas y horarios de hostelería, además de zonas de confinamiento si se dan “situaciones de peligro”. Esta decisión, han asegurado desde el Gobierno regional, se debe únicamente a “razones sanitarias”. Solo el pasado domingo, se contaban 610 casos nuevos de COVID-19 en el País Vasco.

El Ejecutivo ya recurrió a esta herramienta jurídica en las primeras semanas del mes de marzo para hacer frente a la pandemia. Fue el día 13 cuando el Lehendakari, en una comparecencia pública, declaró la emergencia sanitaria para afrontar la crisis sanitaria.

Según han explicado la consejeras de Salud vasca, Nekane Murga, y de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, respectivamente, urge adoptar nuevas medidas restrictivas para reducir los contagios. Por tanto, se da un “paso atrás” en la denominada “nueva normalidad”. De esta manera, con la emergencia sanitaria, se establece un marco jurídico en el que se permite asumir e implementar acciones concretas, conforme a las necesidades de cada momento.

Evitar el colapso sanitario

El propósito es evitar el temido colapso sanitario y un segundo confinamiento, aunque este último lo han descartado por completo. “No nos planteamos en absoluto un confinamiento total, ni más suave, ni más duro”, ha asegurado Arantxa Tapia en una comparecencia en Bilbao.

Tapia también ha destacado que este paso es “urgente y necesario”. Ha advertido de que la emergencia sanitaria “no es un estado de alarma” ni conlleva todas las medidas restrictivas que se aplicaron en marzo”. Sin embargo, con esta situación se podrá permitir “evitar tiempos pasados y afrontar esta fase de la pandemia de la forma más efectiva para cerrar el verano en las mejores condiciones posibles”.

Según Nekane Murga, a pesar de que la evolución de los contagios está siendo “más lenta” y con casos “menos graves” que en marzo, es necesario frenar un posible “tsunami” en la región.

Activación del LABI

Tras la declaración de la emergencia sanitaria, también se activará el LABI (Plan de Protección Civil de Euskadi). Su dirección y coordinación las asumirá el Lehendakari en funciones, Iñigo Urkullu, quien ejercerá el mando único. El LABI se reunirá el martes 18 y se informará con mayor concreción de las medidas.

Ya el pasado viernes, el Consejo Interterritorial acordó una serie de medidas que entraron en vigor un día después, el sábado 15 de agosto. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, anunció las restricciones acordadas con los presidentes autonómicos para contener los rebrotes: prohibición de fumar en la vía pública si no se puede mantener la distancia de dos metros; cierre de discotecas, salas de baile, bares de copas y otros locales de ocio nocturno y la limitación de diez personas por grupo en restauración, terrazas y bares.

Además, mañana, cuando el comité que conforma el LABI se reúna, se adoptarán más medidas que irán en la línea de restricción de aforos, de agrupación de personas, de horarios de hostelería, y en la adaptación del transporte público en horario nocturno. Además, el Gobierno vasco quiere que la obligatoriedad del uso de las mascarilla quede perfectamente definida.

Aunque unas medidas serán de aplicación generalizada para toda la comunidad, otras serán más “específicas y extraordinarias” que se establecerán exclusivamente en municipios, ámbitos o espacios especialmente afectados. De lo que se trata, según Tapia, es de intentar hacer una vida lo más normal posible pero con el objetivo de llegar a septiembre habiendo “preservado el sistema sanitario vasco”.


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