Esther Martín del Campo Madrid | viernes, 16 de diciembre de 2016 h |

La aportación que pueden realizar los pacientes en la investigación ha sido uno de los temas principales abordados en la IV Jornada Somos Pacientes, organizada en Madrid por la Fundación Farmaindustria. El eje central de una de las tres mesas redondas, en las que también se trataron otros aspectos como el papel del paciente como protagonista de su salud o en el uso racional del fármaco.

Durante su intervención, Alfonso Aguarón, director de Proyectos de Myeloma Patients Europe, admitió que la participación de los pacientes en la investigación clínica está aún en una etapa temprana. La aportación, por ahora, “es anecdótica”, insistió. No obstante, desde las asociaciones se pide que se tenga en cuenta la voz y el voto del colectivo desde el diseño de las iniciativas de investigación.

En este sentido, subrayó las aportaciones que pueden realizar van desde la identificación de prioridades, que muchas veces difieren del aspecto científico y se basan en el bienestar o la calidad de vida, al diseño de consentimientos informados o el fomento de la investigación en enfermedades raras en las que el afectado está desamparado.

En este punto, indicó, “hay retos y oportunidades y tenemos que estar preparados para ello”. “Se habla de paciente individual, educado y empoderado, ahora necesitamos representantes de pacientes expertos capaces de comprender el proceso de investigación clínica. Hay que conseguir que ese tipo de pacientes puedan realizar aportaciones relevantes basadas en la evidencia en cada aspecto del proceso”, afirmó.

Asimismo, incidió en que hay que tener en cuenta cuál es el grado de maduración de las asociaciones: “falta formación y capacitación para poder llevar a cabo estas aportaciones”.

Por su parte, César Hernández, jefe del Departamento de Medicamentos de Uso Humanos de la Agencia Española del Medicamento y los Productos Sanitarios (Aemps), hizo alusión al nuevo real decreto de ensayos clínicos, que se aplicará a partir de octubre de 2018 y contempla la participación del colectivo. “Tienen derecho a hacerlo, informados, y a conocer los resultados, pero también a tomar parte en la autorización y en el diseño de los consentimientos, por ejemplo”, remarcó.

Como muestra de ello, destacó que la agencia contempló que en todos los comités de ética que evalúan ensayos y estudios observacionales se cuente con una persona ajena a la investigación que represente los intereses de los pacientes.

Sobre este tema, Aguarón matizó que el comité de ética está integrado en un proceso más amplio de investigación y alertó de que “incluirlo no es todo”. “Es importante que sepa trasladar las necesidades de quienes van a participar en el ensayo”, puntualizó.En su opinión, sería bueno homogeneizar la aportación de esos pacientes en todo el procedimiento, alcanzando un consenso desde las asociaciones para ver cómo debe ser.

Desde el punto de vista de los investigadores, representados por Gonzalo Pizarro, del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), se tiene en cuenta las necesidades del paciente. “Cada vez más la investigación es bidireccional y las ideas nacen enfrente del paciente en la mayoría de las ocasiones”, advirtió.

En la misma línea, Yolanda Martínez, directora del Departamento de Investigación Clínica de BMS España, aseguró que la industria reconoce su papel como expertos en “sobrellevar” cada enfermedad, de manera que su voz se incorpora en el diseño de los protocolos. Su visión es muy útil, destacó, “para afrontar el gap que existe entre los investigadores, los protocolos y la vida real”.

Para finalizar, el moderador de la mesa, Javier Urzay, subdirector general de Farmaindustria, coincidió en que se trata de un camino que hay que recorrer juntos, “guardando el equilibrio, que es lo complejo”.