Osakidetza, el Servicio Vasco de Salud, está avanzando en el desarrollo de un proyecto de investigación de terapia con plasma para utilizarlo como tratamiento en pacientes con coronavirus. El estudio, denominado “SARS Cov 2 Galdakao 01“, es uno de los ya 100 estudios de investigación centrados en la Covid-19 en los que trabaja Osakidetza.

El proyecto está liderado por el servicio de Hematología del Hospital Galdakao-Usansolo en colaboración con otros servicios médicos de esta organización y el Centro Vasco de Transfusiones y Tejidos Humanos. Siguiendo las directrices del “Programa de la UE relativo a la obtención y transfusión de Plasma de convaleciente de Covid-19″, se basa en la eficacia de la infusión de plasma donado por personas que han pasado la enfermedad (plasma inmune) para usarlo como tratamiento en pacientes enfermos de coronavirus. Se trata, por tanto, de analizar la comparación del efecto de la infusión de plasma inmune anti-Covid-19 frente al plasma estándar no inmune.

Proceso de obtención del plasma

El proceso para la obtención del plasma inmune anti-Covid-19 se inicia con la selección de donantes convalecientes de coronavirus. Estos deben cumplir unos requisitos específicos para garantizar la seguridad de la persona receptora. Continúa con la extracción del plasma, mediante un proceso denominado plasmaféresis, un método de separación del plasma del resto de componentes de la sangre (glóbulos rojos, blancos y plaquetas). Después de aplicar esta técnica, se inactivan los posibles patógenos en el plasma, a través de otra técnica con psoralenos y luz ultravioleta.

A diferencia de otros proyectos similares, este es el primer estudio a nivel estatal prospectivo, aleatorizado y de doble ciego en el que existen dos grupos diferentes: el que recibe el plasma inmune y el que recibe plasma no inmune. Adicionalmente, todos los pacientes de cualquiera de los dos grupos de investigación reciben el tratamiento estándar. El objetivo de este método de investigación es evaluar científicamente que el plasma inmune es lo que provoca una mejoría.

En la primera fase piloto, desde su puesta en marcha a principios de abril, se han realizado 26 infusiones. Trece de ellas han sido en el Hospital Galdakao-Usansolo y las tras 13, en el Hospital Universitario de Cruces. En total, se han obtenido 334 donantes. En total, se estima, que serán necesarios 234 pacientes para obtener conclusiones con suficiente rigor científico sobre la utilidad real de este tratamiento.

Útil en pandemias anteriores

La idea surge porque se había demostrado su utilidad en otras pandemias anteriores, como la gripe española (1918) o, más recientemente, el SARS (2003), la gripe A (2009) y el Ébola (2015). Además, existían antecedentes en el tratamiento de algún caso de neumonía grave en una paciente con una inmunodepresión severa a la que se transfundió con éxito plasma inmune de familiares. Esto animó al equipo de investigadores del Hospital de Galdakao a poner en marcha el estudio de investigación.

Con la información disponible al principio de la pandemia, el principal objetivo era prevenir el ingreso en UCI por una mala evolución y, en definitiva, la mortalidad. En base a los estudios científicos publicados durante la fase piloto se priorizó el tratamiento de pacientes más graves que requerían ingreso hospitalario.

Sin embargo, durante estos pocos meses, la pandemia ha evolucionado y el escenario ha cambiado radicalmente. Por eso, Osakidetza asegura que se ha aprendido mucho sobre la enfermedad. “Ahora sabemos que existe una primera fase viral, que puede cursar con pocos o ningún síntoma. En esta fase es importante el tratamiento antiviral que controle el virus y sus posteriores complicaciones, pero por el momento no disponemos de ningún antiviral efectivo, por lo que, por el momento, el plasma inmune es posiblemente la única opción previsible en esta fase” destaca José Enrique de la Puerta, hematólogo del Hospital Galdakao-Usansolo e investigador principal.

El papel de la Atención Primaria

Asimismo, los conocimientos actuales sobre la enfermedad concuerdan con los resultados observados en la fase piloto del estudio. Han puesto en evidencia que es muy poco probable que el plasma inmune aporte beneficios clínicos significativos cuando se utiliza en pacientes graves ingresados, en fase hiperinflamatoria. De este modo, es más razonable su utilización en fases más precoces, cuando todavía la enfermedad se encuentra en la fase viral, antes de que el paciente llegue al hospital.

Ante el cambio de escenario, Osakidetza ha informado de que se integrará en el estudio a Atención Primaria. Se encargará de colaborar desde el momento de la detección de los nuevos casos para evitar que estos pacientes lleguen a necesitar asistencia hospitalaria. Además, priorizarán a las personas mayores de 65 años, por ser quienes, con mayor probabilidad, puedan evolucionar a esta respuesta hiperinflamatoria.


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