“España está plenamente comprometida para abordar el problema de la resistencia a los antimicrobianos y, por eso, apoya la declaración política de esta reunión”. Así lo expuso la ministra de Sanidad, Mónica García, durante su intervención en la Reunión de Alto Nivel sobre Resistencia a los Antimicrobianos (RAM), celebrada el pasado 26 de septiembre en la sede de las Naciones Unidas.

En este sentido, ha recordado que ese compromiso está latente desde 2014, con la creación del Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos (PRAN), que “sigue las recomendaciones de la Comisión Europea y del Consejo de la UE, reconociendo desde el inicio que es un problema global y debe abordarse desde una perspectiva ‘One Health’“.

Así, tras diez años de experiencia con el PRAN, la ministra aseguró que lo que se necesita es “una gobernanza coordinada” que se traduce en “la creación, financiación y dotación del poder decisivo y, en el mejor de los casos, legislativo, de los planes nacionales de acción“. De este modo, agregó, se podrá garantizar un “enfoque plural y multidisciplinario, incluyendo a todos los agentes necesarios para el éxito de esta lucha común”.

Solidaridad y coordinación

“La clave para combatir este problema es la solidaridad“, aseguró García. “El uso incorrecto e innecesario de antimicrobianos nos afecta a todos; por eso, necesitamos un enfoque multisectorial que involucre a pacientes, profesionales sanitarios y otros sectores clave”, agregó.

Una solidaridad que, tal y como recordó, “también se extiende a los países en vías de desarrollo, que aún no cuentan con un plan para hacer frente a este desafío, ya que, como bien se indica en la declaración política, la resistencia a los antimicrobianos no conoce fronteras“.

Asimismo, será “fundamental” que los Estados miembro se comprometan tanto a coordinar medidas a nivel nacional como a “colaborar a nivel internacional, asegurando la interconexión de sistemas”. Y es que durante la pandemia de COVID-19 ya se puso de manifiesto la “importancia de un enfoque coordinado entre múltiples sectores como la medicina, la sanidad animal, la agricultura, la economía y la sociedad en su conjunto”.

Entre las líneas de acción más efectivas, García considera que la prevención ha demostrado ser la más costo-efectiva y es en la que muchos planes centran sus esfuerzos. La vigilancia es otro pilar clave: en esta era de la información y los datos, la interconexión de sistemas a nivel intersectorial y global es más necesaria que nunca. Y, en este contexto, “la digitalización y el acceso a datos en tiempo real son el foco de muchos países y de muchos planes de acción”, puntualizó.

Otro aspecto crucial, en su opinión, es la comunicación: no solo hacia los profesionales sanitarios, quienes necesitan formación constante y actualizada en la práctica clínica, sino también hacia los pacientes. “Por eso, concienciar a la población sobre la importancia de un enfoque solidario y de un cambio de comportamiento como comunidad y como sociedad es esencial para abordar este desafío”, concluyó.

La visión europea

Stella Kyriakides.

Por su parte, Stella Kyriakides, comisaria de Salud de la UE, puso de relieve que desde la Unión Europea se ha venido siguiendo “con lupa” las RAM desde hace años para “ponerle freno”. Pero no es algo que se pueda hacer de forma aislada. Y es que apuntó que las RAM son un peligro para todos.

“Poco importa quiénes seamos y dónde estemos; y los más vulnerables son los que están en primera línea”, aseveró. En este sentido, afirmó que este desafío global “socava gravemente nuestros avances hacia los objetivos de desarrollo sostenible“.

De este modo, recalcó que la declaración política es un “importante hito” para abordar esta crisis. “La concienciación es la primera fase: cambiar nuestra conducta, usar los antibióticos de forma más prudente, utilizando los recursos necesarios”, indicó.

Sin embargo, añadió que hace falta “mucho más”. Así, apuntó a la necesidad de “medidas concretas” que den resultados. “La financiación sostenible debe ser promovida a todos los niveles, con atención específica y apoyo internacional a los países de renta baja y media”.

Kyriakides resaltó que ahora hay “metas para la acción a todos los niveles”. “Los Estados tendrán nuevas pruebas científicas que les facilitarán orientaciones basadas en los avances científicos”, añadió. Y, en este contexto, anunció que la Comisión Europea “respaldará el establecimiento de este panel en 2025 y lo dotará de 2,5 millones de euros“. “La calidad también importa y estos fondos deben usarse de manera más eficaz”, declaró.


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