El pasado lunes 6 de septiembre, más de 220 revistas médicas y científicas publicaron un editorial conjunto para “llamar a la acción” ante la emergencia climática. Medios como The Lancet, Nature o The New England Journal of Medicine fueron partícipes de la publicación para consolidar la evidencia científica ligada al cambio climático y servir de altavoz ante problemas como el aumento de las temperaturas o la pérdida de biodiversidad.

Como reflejo de la gravedad del momento, este editorial aparece en revistas de salud de todo el mundo. Estamos unidos al reconocer que solo cambios fundamentales y equitativos en las sociedades revertirán nuestra trayectoria actual”

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El objetivo principal de esta acción es impulsar la preservación de la salud y de los ecosistemas a través de medidas urgentes de los distintos gobiernos. Con este fin, los autores esperan que su mensaje cale en vistas de la próxima Asamblea General de Naciones Unidas. Este evento tendrá lugar el próximo 21 de septiembre y es el preámbulo a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad, que tendrá lugar en octubre en China y a la Conferencia sobre cambio climático (COP26) que tendrá lugar en noviembre en Reino Unido.

“La salud ya está siendo dañada por el aumento de la temperatura global y la destrucción del mundo natural, una situación a la que los profesionales de la salud han estado llamando la atención durante décadas”, han destacado.

Con este mensaje, recuerdan datos que la comunidad científica internacional ha estado alertando durante varios años. El más conocido, el aumento de temperatura global de 1,5ºC por encima del promedio industrial y la pérdida continua de biodiversidad, dos fenómenos que ponen en riesgo la salud con un “daño catastrófico que será imposible de revertir”, señalan en el editorial.

Riesgos asociados a la salud

Los expertos avalados por las publicaciones científicas de las revistas indican que los riesgos relacionados con la salud de las personas y del medioambiente “están ahora bien establecidos, ningún aumento de temperatura es ‘seguro’”. En este sentido, el editorial recuerda la mortalidad asociada a las olas de calor en personas mayores de 65 años, un dato que ha aumentado en más del 50 por ciento durante los últimos 20 años.

Deshidratación, pérdida de la función renal, neoplasias dermatológicas, infecciones tropicales, resultados adversos de salud mental, complicaciones del embarazo, alergias y morbilidad y mortalidad cardiovascular y pulmonar, son algunas de las complicaciones que destacan los autores en relación con el aumento de temperaturas. Asimismo, recuerdan que estos daños afectarán “de manera desproporcionada a los más vulnerables”, incluidos niños, personas mayores, minorías étnicas, personas con problemas de salud y las comunidades más pobres.

Además, los expertos señalan la disminución del rendimiento de los cultivos debido a los efectos de clima extremo y el agotamiento del suelo, factores que pueden favorecer a la desnutrición.

“Ningún país, por rico que sea, puede protegerse de estos impactos”, alertan en el documento.

Objetivos globales insuficientes

Los expertos autores de la publicación califican de “alentador” los esfuerzos de gobiernos, instituciones financieras y empresas. Muchos de estas entidades están estableciendo objetivos para alcanzar emisiones netas cero, unos fines para los cuales las medidas son “insuficientes”.

“Los objetivos son fáciles de establecer y difíciles de alcanzar”

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En este sentido, el editorial indica que los planes de reducción de emisiones no incorporan adecuadamente las consideraciones en salud y que la preocupación por el aumento de temperatura “está comenzando a ser vista como inevitables, o incluso aceptable” por los líderes de las comunidades mundiales.

Este conjunto de medidas insuficientes podrían situar al planeta en un aumento de temperatura de 2ºC, sobrepasando las recomendaciones de la comunidad científica. En este contexto, los científicos proponen la equidad como centro de la respuesta global y piden a los líderes que tomen medidas urgentes.

“Los profesionales de la salud están unidos a los científicos ambientales, a empresas y muchos otros para rechazar que este resultado sea inevitable, nos unimos a los profesionales de la salud de todo el mundo que ya han apoyado los llamamientos para una acción rápida“, han insistido.

Según los científicos, los gobiernos “deben realizar cambios fundamentales en la forma en que las sociedades y economías están organizadas y en la forma de vivir”. Apostar por energías limpias no es suficiente para los expertos e instan a una remodelación de los sistemas de transporte, de las ciudades, de los sistemas de producción y distribución de alimentos, de los mercados financieros y de los sistemas de salud, entre otros.

“Es necesaria la coordinación mundial para garantizar que la prisa por tecnologías más limpias no se produzca a costa de una mayor destrucción del medio ambiente y explotación humana”

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