Carlos B. Rodríguez Madrid | lunes, 03 de diciembre de 2018 h |

La Comunidad de Madrid lleva meses trabajando en su Estrategia de Terapias Avanzadas, no desde la perspectiva de trabajar por adelantado, sino para hacer frente a una realidad que ya existe. “Ya tenemos un paciente que está dentro de este tratamiento”, aseguró el consejero de Sanidad regional, Enrique Ruiz Escudero, quien durante los desayunos socio-sanitarios organizados por Europa Press urgió al Ministerio de Sanidad a tomar las decisiones necesarias que hoy tienen a las comunidades autónomas en vilo: cómo se financiarán estas terapias y cómo se llevará a cabo la derivación de los pacientes.

Ambos factores confluyen en un único convencimiento, el de que, previsiblemente, como señaló Ruiz Escudero, “Madrid va a ser la mayor receptora de casos”. El consejero recuerda por ello la importancia de abordar las CAR-T desde un principio de equidad para los pacientes, y otro de sostenibilidad para las comunidades autónomas. Estas terapias requieren una curva de aprendizaje y unos medios determinados, que implican evaluar al detalle todo el procedimiento con vistas a establecer una financiación adecuada. “Hablamos de procesos que pueden superar el medio millón de euros”, resalta Ruiz Escudero.

Actualmente está en marcha la primera fase de la estrategia regional de Terapias Avanzadas, cuyo objetivo es optimizar la autorización de estas terapias, con la coordinación y el apoyo de ámbitos de investigación, de formación, de asistencia sanitaria y de gestión de forma que se garantice acceso equitativo. Después de presentarse el día 6 de octubre a todos los gerentes de los hospitales del Servicio Madrileño de Salud. Además, durante los meses de octubre y noviembre se han mantenido reuniones con los equipos directivos y con los profesionales de los ocho hospitales de alta complejidad de la comunidad autónoma de Madrid, así como con los del Hospital Niño Jesús, todos ellos implicados en el manejo de este tipo de fármacos.

Política farmacéutica y universalidad

Más allá de las terapias CAR-T, la financiación está presente en todo el discurso de Enrique Ruiz Escudero. En política farmacéutica apuesta por seguir trabajando para potenciar un uso racional de los medicamentos, “utilizando de forma justificada grupos de fármacos de gran impacto o llevando a cabo la revisión de protocolos terapéuticos para evitar prescripciones que no estén justificadas desde un punto de vista científico”. En este ámbito, menciona especialmente los medicamentos de alto impacto, entre los que se incluyen los correspondientes a enfermedades raras y las oncológicas, siendo conveniente, a su juicio, “que cuenten con financiación estatal específica para las comunidades autónomas, con el fin de poder asumir de forma sostenible y equitativa los tratamientos innovadores que precisen los pacientes”.

Otro ejemplo de ello es el decreto de universalidad. En este momento, la Comunidad está analizando la situación de los pacientes en situación irregular que son atendidos, unos 83.000, según las estimaciones de la Consejería, cuyo interés ahora reside en valorar la demanda específica de este tipo de pacientes. “Hemos visto procesos tan importantes como diálisis, oncológicos interrupción voluntaria de embarazo, VIH…”, explica Ruiz Escudero. Aunque las cifras definitivas se darán a conocer a final de año, las estimaciones provisionales apuntan a un coste medio de 1.200 euros por persona, lo que equivale a unos 86 millones de euros para todos los pacientes. El objetivo de Ruiz Escudero es exigir al Ministerio que corra con esta financiación. “Es fácil tomar decisiones, pero la universalidad requiere un respaldo presupuestario”, dice.

Si no hay adelanto electoral, algo que según el consejero debería ser tenido en cuenta por Pedro Sánchez, especialmente tras las elecciones andaluzas, Ruiz Escudero espera ver el Consejo Interterritorial monográfico sobre financiación sanitaria antes del final de la legislatura. Madrid insiste en que debe comenzar ya la negociación de un nuevo sistema de financiación que no penaliza a la región, que ha dejado de recibir 1.400 millones de euros anuales, 600 de ellos directamente asociados a la Consejería de Sanidad.

Colaboración público-privada

Además de poner a punto el sistema gracias a una mayor financiación, el consejero destaca la necesidad de una mayor interacción entre lo público y lo privado. Días después de que el Gobierno y Podemos anunciaran la creación de una Comisión de Desprivatización, el responsable de la sanidad rompe una lanza a favor de la colaboración público privada. “La sanidad privada debe seguir siendo un socio imprescindible en el sostenimiento del sistema”, asegura. Y continúa: “Es preciso que cualquier Administración pública tenga una relación estable y flexible con el sector privado, así como con los actores que intervienen en la gestión del sistema: colegios profesionales, industria farmacéutica y de tecnología, representantes políticos, pacientes, sociedades científicas… Todos somos corresponsables de la futura sostenibilidad”.

En esta línea, precisamente, se enmarca el que sin duda será uno de los grandes colofones de esta legislatura sanitaria: la creación de BioMad, que convierte a Madrid en Bioregión con el objetivo de potenciar la colaboración y la competitividad a nivel estatal e internacional. Para Ruiz Escudero, se trata de una oportunidad de crear sinergias entre instituciones públicas y privadas que se dedican a la I+D+i en salud con el fin de abordar proyectos de mayor complejidad, la captación de mayores recursos y una mayor inversión en investigación y el posicionamiento de la región en investigación trasnacional en ciencias de la salud”.

También podría enmarcarse en esta línea la apuesta del consejero por la actividad del farmacéutico como agente de salud. La Consejería, dice, trabaja “para que la Ley de Farmacia se una realidad” dentro de las políticas efectivas de promoción de la salud y prevención de la enfermedad impulsadas por la Consejería, y que culminarán en la futura aprobación de la Ley de Salud Pública de Madrid.