Los Informes de Posicionamiento Terapéutico son la quintaesencia de dos procesos de evaluación, la clínica y la económica. Así lo ha manifestado Félix Loboprofesor emérito de la Universidad Carlos III y director de Economía y políticas de Salud de Funcas, en la jornada “De la investigación a la acción” bajo el epígrafe ´Medicamentos y Economía: la evaluación de la eficiencia en los Informes de Posicionamiento Terapéutico´ celebrada en Funcas.

Desde que en el año 2013 se pusieran en marcha los IPT y hasta el año 2021 cuando se instauraron las evaluaciones económicas para los mismos, como parte de REvalMed-SNS, se ha constatado que el porcentaje de casos en los que se han utilizado este tipo de herramientas para la toma de decisiones sigue siendo bajo. Durante 2022 sólo se han tenido en cuenta en el 20 por ciento de los casos, sin que se hayan elaborado de forma homogénea ni con un único criterio de evaluación.

Datos y métodos

“De momento, se están llevando a cabo de forma gradual. En 2022 se han publicado 73 IPT. De ellos, 13+1 tienen evaluación económica, pero no hay una tendencia clara, no hay regularidad y no sabemos que metodología sea empleado”, ha señalado Laura Vallejo, investigadora en Economía de la Salud de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Los beneficios de estos análisis y cómo medirlos definen el tipo de estudios que se deberían acometer. Existen cuatro: coste-efectividad, que efectúa el análisis mediante una unidad clínica o física, utiliza la medida del ensayo, la variable principal para evaluar el efecto de un tratamiento; coste-beneficios, mide los beneficios en salud aplicándoles una unidad monetaria (no es el más común); la estimación en términos de los años de vida ajustados por calidad (AVAC), que se aplica a todas las enfermedades y cuenta con el tiempo de vida y, por último, la calidad y los estudios de minimización de costes (no mide los beneficios). 

Una vez que se decida qué criterio se sigue, ante cualquier evaluación económica hay que considerar los siguientes puntos: la perspectiva (la del Sistema Nacional de Salud o la social); la medida de efectividad, los AVAC (años de vida ajustados por calidad); el horizonte temporal; la tasa de descuentos (3 por ciento para costes y beneficios); el umbral de inversión (entre 20.000 y 25.000 euros); el análisis de sensibilidad; la población diana; la penetración de mercado y el horizonte temporal (entre 3 y 5 años).

Cómo se está aplicando el estudio económico

Todavía se está tejiendo la trama que dará a luz al mapa completo de los IPT con estudios económicos. De hecho “solo existe un documento que dice que es necesario realizar guías más amplias. La metodología para desarrollarlas va a ser la establecida por Ortega et al. Una guía para la farmacia hospitalaria. Porque no se dispone del tiempo para llevar a cabo una evaluación económica compleja sino sencilla y en tiempos cortos”, ha apuntado Laura Vallejo.

“Hay que afianzar los métodos tradicionales primero sin perder de vista lo internacional”

Laura Vallejo, investigadora en Economía de la Salud de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

En los IPT que incluyeron estudios económicos durante 2022, de los 14 en 5 no se tuvo en cuenta ninguna metodología. En el caso de 3 de ellos realizaron un análisis de minimización de costes. En sólo 2 se ha asumido que hay equivalencia terapéutica pero no se prueba. Y en uno de los casos sí se hace un análisis ms detallado de coste-utilidad, sin justificar el motivo.

“Se está haciendo un esfuerzo y hay grandes avances porque partíamos de la nada y hay ejemplos de muy alta calidad con metodologías parecidas en agencias internacionales. Sin embargo, una de las grandes limitaciones es la amplia heterogeneidad en todo”, ha corroborado Vallejo.

Conclusiones

Es un hecho que los IPT son una herramienta claramente útil para evaluar el valor clínico de un medicamento. Pero hasta el momento la evaluación de la eficiencia no tiene la misma prioridad que la terapéutica. “Eso debe explicar el bajo número de IPT que los consideran. El estudio económico es un elemento muy complejo que necesita unos recursos determinados”, ha corroborado Juan Oliva, catedrático de la Universidad de Castilla-La Mancha.

Con todo, existen ámbitos de mejora desde varios puntos de vista. En primer lugar, desde el normativo. La regulación y evaluación de los medicamentos ha sido fragmentada, discontinua, asistemática, parcial e insuficiente. Los IPT se mueven en un entorno normativo muy frágil. En segundo lugar, desde el organizativo. “En Europa existe una tendencia a separar los agentes de los procesos evaluativos y los de decisión, pero esto no ocurre en los IPT. Por ejemplo, los farmacéuticos. Deberíamos reflexionar sobre esta separación”, ha señalado Juan Oliva.

“Tendríamos que penar cuando no se presente el estudio económico. Y preguntarnos qué consecuencias tiene. Si se paraliza el informe de cara a la financiación”

Juan Oliva, catedrático de la Universidad de Castilla-La Mancha

El catedrático de la Universidad de Castilla-La Mancha ha añadido que “otro elemento es que deberíamos aumentar es el número de agentes implicados en los IPT. Ahora participan 166 agentes, de los que dos terceras partes son de farmacia hospitalaria, pero debería haber otras sociedades médicas. También en la parte económica habría que ver a quienes incorporamos. Porque es una red altruista y, si nos planteamos un proceso profesional, hay pensar en que habría que trascender el voluntarismo. Además, otro elemento que se aplica es desplazar la carga de la prueba de la eficiencia al agente que aporta información sobre eficacia y seguridad”.

En cuanto a la dimensión metodológica, se hace urgente el desarrollo de guías que den soporte a Valtermed. Y habría otros tipos de guías a desarrollar que son para las empresas que presentan sus productos, donde se defina un caso base donde se explicite el tipo de estudio que se quiere emplear. Qué análisis es más útil, horizonte temporal, tasas de descuento, etc.

Finalmente, al considerar los elementos de decisión, los expertos en economía de la salud apelan a la idea del umbral o umbrales. Un marco de referencia o valor orientativo. Se trata de ver por dónde se ubica la idea de valor por parte del financiador. No sólo la cantidad, sino la máxima a plantear pagar. El debate está en si el SNS está dispuesto a implantar un modelo de financiación basado en el valor.


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