“La estrategia nacional de vacunación va a ser lo suficientemente potente”. Sin anticipar ni desvelar nada sobre esta estrategia que se conocerá el próximo 24 de noviembre, según ha anunciado el presidente Pedro Sánchez, Amós García Rojas, jefe de sección de Epidemiología del Gobierno de Canarias y presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), está convencido de que tendrá unos resultados “tremendamente positivos”. En una entrevista con El Global, asegura que la política vacunal en España es “absolutamente modélica”.

Lo que sí ha podido confirmar es que se hará un registro de vacunación, como ocurre en todos los procesos vacunales, aunque esta vez será específico para el SARS-CoV-2. “Así lo ha planteado el Ministerio y lo han asumido todas las comunidades autónomas”, asevera. Además, con esta estrategia a nivel nacional, nuestro país será uno de los primeros en Europa, junto con Alemania y Reino Unido que ya lo presentaron, en tener un plan completo de vacunación.

Los retos de la vacunación

Y es que la vacunación contra la COVID-19 será diferente a cualquier otro proceso de vacunación y supondrá más retos que nunca. Sin embargo, para José Martínez Olmos, ex secretario general de Sanidad y diputado socialista por Granada, “más que dificultades, se presenta alguna incógnita”.

La primera incertidumbre sería conocer cuándo podremos disponer de una vacuna o vacunas eficaces y seguras. “Hay previsión de que puede ser pronto, pero no se sabe cuándo, porque depende de que acaben los ensayos clínicos y que se realice el proceso de revisión por parte de las autoridades reguladoras”, señala Olmos.

En segundo lugar, se presenta la cuestión sobre el tipo de vacunas. Conocer si la eficacia de la vacuna es igual para todos los grupos de población: ancianos, adultos, adolescentes, niños… “Si en el ensayo clínico de una vacuna no han metido a ningún niño, no tiene la misma evidencia que otra vacuna en cuyo ensayo clínico sí han considerado a este tipo de población”, explica Olmos. Y añade: “Si tuviéramos alguna vacuna que no se puede utilizar en un segmento de población, habría que organizar la distribución de esa vacuna de una manera específica y diferente a otra”. Por ello, el diputado apunta que no se puede cerrar la planificación “hasta no tener claro el tipo de vacunas que tenemos entre manos y cuáles son las características técnicas que las agencias de medicamentos definen para determinar la eficacia”.

Por otra parte, Amós García señala que las dosis de la vacuna irán llegando poco a poco y se presenta el interrogante de si será suficiente para poder vacunar a la población que interese y no se interrumpa la actividad vacunal. El presidente de la AEV destaca que el objetivo es tener, al menos, al 70 por ciento de la ciudadanía vacunada. “Esto permitiría tener una cierta inmunidad colectiva junto a las personas que ya hayan pasado la enfermedad. Con ello podríamos ya decir adiós a la pandemia”, argumenta.

Respecto a los requisitos de temperatura de las vacunas, Olmos señala que dependerá de cuáles sean las características térmicas de las vacunas que finalmente se autoricen. Sin embargo, asegura que la distribución de todo tipo de vacunas en España se hace desde hace mucho tiempo asegurando las cadenas de frío.

Además, no todas las vacunas serán iguales. “Por ejemplo, la vacuna de Janssen parece que no va a tener ningún problema de cadena de frío de -80º. Incluso la vacuna de Pfizer, ellos mismos comentaron que, aunque tiene que estar conservada a -80º, una vez descongelada puede aguantar hasta cinco días”, indica Olmos.

De hecho, Ángel Gil, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública, explica que vacunación siempre lleva implícito una logística especial. “En este caso será más compleja porque estamos ante vacunas nuevas que requieren una conservación a temperaturas más bajas de lo habitual”.

Esto influirá también a la hora de organizar y citar a la población para que acuda a vacunarse, pues habrá que tener en cuenta las dosis que se necesitarán para cada día. De este modo, se debe calcular el tiempo del transporte de la vacuna desde el almacén donde permanecen a temperaturas muy bajas hasta el centro de salud donde sea necesario, para que puedan aguantar un tiempo sin someterse a ese frío extremo.

Comunicación

Para que la estrategia de vacunación tenga éxito en cuanto a una gran cobertura, lo más importante será la comunicación a los ciudadanos y “requerirá de una campaña específica, como ocurrió con la gripe A, para ayudar a entender a la gente que la vacuna es segura y necesaria”. Así, Olmos insiste en que habrá que hacer un esfuerzo de estrategia de comunicación.

 “Cuando se autoriza una vacuna es porque cumple los requisitos de seguridad y eficacia que se exigen en el ámbito de la ciencia médica desde hace mucho tiempo”, asegura Olmos. Y, a su juicio, todas las autoridades sanitarias están “diciendo lo que deben decir y lo único que pueden decir en este momento”.

Ángel Gil considera que lo primordial es vacunar a los grupos más vulnerables. “No creo que haya problema para que se cumplan unos buenos objetivos de cobertura vacunal en estos grupos”, resalta. Sin embargo, las encuestas más negativas auguran que casi la mitad de la población no estaría dispuesta a vacunarse contra la COVID-19.

A Amós García no le sorprende este dato. “Es coherente con el recorrido de incertidumbre que hemos tenido todos y todas con relación a la pandemia; también es lógico que ante la bronca política que hay, la dificultad de las fuerzas políticas de llevar un discurso consensuado, se genere una desadherencia a la vacunación”, indica. Además, entre la población ha calado el discurso de que la vacuna se ha hecho muy rápido y que, por tanto, no es eficaz. Sin embargo, el presidente de la AEV coincide con Olmos en que no se autorizará ningún producto que no cumpla con los requisitos de seguridad. “Hay que plantear a la ciudadanía que la vacuna va a ser claramente segura y hacerles reflexionar sobre lo siguiente: ¿Cuál es la alternativa a no vacunarse? ¿Seguir con la pandemia?”.


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