C. R. Madrid | jueves, 10 de noviembre de 2016 h |

La subida generalizada de las compañías farmacéuticas en las Bolsas de Estados Unidos es la mejor respuesta del sector a la victoria del candidato republicano, el ya presidente electo Donald Trump. A ello se suma el éxito obtenido en California. Aunque allí el voto favoreció a Hillary Clinton, la proposición estatal 61 sometida a votación popular para controlar el precio de los medicamentos no salió adelante, a pesar de que su contenido iba más en línea con lo que proponía la candidata demócrata.

La victoria de Trump permite al sector olvidarse del ambicioso ‘programa Clinton’ para controlar el precio de los medicamentos. Ahora tocará esperar a los planes del nuevo presidente, que durante la campaña nunca llegó a detallar sus propuestas en Farmacia.

Sí que parece claro (pues era casi el único punto en común que tenía con los demócratas) que esta legislatura podría hacer realidad el deseado cambio que permita a Medicare negociar precios con la industria como vía para frenar el incremento de los precios y el consiguiente aumento de la factura farmacéutica. Las dos cámaras parlamentarios mantienen el predominio republicano, lo que hará más fácil el cambio legal necesario para ello. Por esta misma razón, el nuevo presidente lo tendrá presumiblemente fácil para dar un giro a la política sanitaria estadounidense y acabar con el Obamacare. En ello sí ha hecho hincapié durante toda la campaña.

En cuanto a la proposición 61, el proyecto a nivel estatal más ambicioso hasta la fecha para controlar el precio de los medicamentos de prescripción, fue rechazada con el 53,8 por ciento de los votos. El recorrido de esta iniciativa ha terminado en California pero su espíritu continúa vivo en otros estados, como Ohio, donde ya se han registrado iniciativas similares.