Carlos B. Rodríguez Madrid | viernes, 25 de enero de 2019 h |

El reglamento europeo de evaluación de tecnologías sanitarias (HTA, por sus siglas en inglés) es una de las cinco prioridades sanitarias con las que Rumanía encara su Presidencia semestral, pero poco podrá hacer su ministra de Sanidad, Sonia Pintea, para que ese esfuerzo se traduzca en una aprobación exprés del texto antes de los comicios europeos. Hay muy poco tiempo y los países que se oponen siguen constituyendo una minoría de bloqueo suficiente como para dar al traste con la propuesta. Pintea confía en limar asperezas a base de reuniones técnicas y encuentros bilaterales con algunos de sus homólogos, pero parece haberse rendido de antemano a la evidencia: sus objetivos se limitan a poder informar de todos los avances posibles en el Consejo Epsco de Salud que se celebrará en junio, en Luxemburgo.

El jarro de agua fría que recibió la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria (ENVI) del Europarlamento, a la que Pintea acudió para informar de las líneas de su mandato, era evidente, empezando por Soledad Cabezón, la ponente del informe aprobado por la Eurocámara. “Renunciamos a que salga en esta legislatura”, resumía. Ella y sus compañeros de ENVI hicieron lo único posible: instar a la Presidencia a que no tire la toalla e induzca al Consejo de la UE a ceñirse al diálogo constructivo en lugar de al bloqueo institucional. El temor es obvio, puesto que la prioridad de la HTA, hoy firme e incuestionable, queda supeditada a lo que ocurra en mayo. “No podemos seguir quejándonos del acceso a los medicamentos y no hacer nada”, añadió Cabezón.

No fue la única. A estas alturas, pocos eurodiputados dudan de que la propuesta de HTA será beneficiosa a varios niveles, sobre todo en acceso. Rumanía fue interpelada en varias ocasiones sobre esta asignatura y no sólo a propósito de esta regulación, sino para conocer si entra o no en los planes de la Presidencia el relanzar el debate una nueva Directiva de Transparencia. En el caso de la HTA, Pintea optó más por el realismo que por el optimismo. “En realidad, el objetivo que nos hemos marcado en HTA es muy ambicioso. Es una propuesta de enero de 2018 y la legislación sanitaria necesita tiempo”, justificó la ministra. En el caso de la Directiva de que regula los procedimientos de precios y reembolsos, aseguró que no es competencia de una Presidencia semestral plantear una propuesta de este tipo.

Consciente de sus limitaciones y del corsé temporal que marcará la segunda parte de su mandato, la Presidencia ya se ha puesto manos a la obra para avanzar todo lo que se pueda en HTA, adelantando muchas de las reuniones de sus grupos de trabajo. El de salud pública, medicamentos y dispositivos médicos se reunió el 8 de enero, con la HTA como plato principal y con el reto inminente de avanzar en la negociación de los artículos 12 a 18 de la propuesta, específicamente sobre las consultas científicas conjuntas. “Comenzaremos con una presentación de cómo se está llevando a cabo este proceso antes de las evaluaciones clínicas dentro de EUnetHTA para tener un punto de partida en la discusión. Más adelante, y teniendo en cuenta el punto de vista de los Estados miembro, continuaremos las negociaciones para identificar puntos comunes a fin de desarrollar un texto“, aseguró Pintea.

Otras vertientes de acceso

Al margen de la HTA, el acceso constituirá un eje transversal del semestre sanitario europeo. En esta línea se enmarcan otras dos prioridades de la presidencia, que contaron con el beneplácito y apoyo de la Eurocámara: la primera es aumentar el grado de vacunación en la UE mediante el impulso de estrategias concretas, basadas en el benchmarking entre Estados Miembro; la segunda, apoyar a los eurodiputados de Salud Pública, que la semana pasada aprobaron una recomendación pendiente de debatirse en el Pleno y que demanda a la Comisión Europea y al Consejo de la UE el establecimiento de unidades de referencia en enfermedades raras en la UE.