Con más de un año de pandemia a nuestras espaldas, aún quedan muchas preguntas sin respuesta sobre la COVID-19. Una de ellas es el origen del coronavirus, incógnita que ha intentado descifrar el equipo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La misión comenzó en el mes de enero en Wuhan y, tres meses después, las conclusiones de la OMS han salido a la luz a través de un informe conjunto entre este organismo y China.

El informe, que será presentado a lo largo del día de hoy en Ginebra, pero ya se ha filtrado a algunos medios internacionales, explica que probablemente el virus saltó de los animales a los humanos a través de un huésped animal intermedio aún desconocido.

El equipo reitera su creencia de que el virus saltó de un animal, probablemente un murciélago o un pangolín, a un huésped animal intermedio desconocido y, posteriormente, a los humanos. Aun así, la vía de transmisión continúa intrigando a los expertos. Por ello, recomiendan estudios adicionales sobre el ganado y la vida silvestre de granja que pueden ser susceptibles al SARS-CoV-2, como los gatos y los visones.

Investigación adicional sobre la transmisión

Los expertos minimizan la posibilidad de que el coronavirus se filtrara de un laboratorio y no recomiendan realizar una investigación adicional sobre esta hipótesis, según ha publicado The Washington Post, que ha obtenido una copia del informe.

Lo que no descartan es estudiar más a fondo la posible vía de transmisión entre animales y humanos y la transmisión a través de alimentos congelados, una teoría que se convirtió en marginal debido a la influencia del Gobierno chino. En este sentido, los hallazgos no son concluyentes y se ven ensombrecidos por la falta de transparencia de China.

El misterio del dónde y el cuándo

El informe ofrece la visión más detallada hasta ahora de lo que sucedió en Wuhan a finales de 2019 y principios de 2020. Aclara que el mercado vinculado a los primeros casos de COVID-19 “no fue necesariamente la fuente del virus“, como se pensó en un primer momento. Sin embargo, sí pudo haber sido el lugar de un brote temprano o un “acelerador” de la propagación de un virus que ya circulaba en diciembre de 2019.

Además, el primer caso reportado, con fecha del 8 de diciembre, no tenía ningún vínculo con el mercado, pero el informe sugiere que los casos leves y asintomáticos pudieron haber pasado desapercibidos. Por tanto, no se llega a una conclusión firme y los expertos piden una investigación adicional sobre el papel de este y otros mercados.

De este modo, continúa siendo todo un misterio el cómo y el dónde se originó el SARS-CoV-2, que ha desencadenado una emergencia sanitaria sin precedentes con terribles consecuencias sociales y económicas.

Una investigación controvertida

Según el informe, 233 instituciones de salud chinas revisaron 76,253 registros de casos de afecciones respiratorias de octubre y noviembre de 2019. En total, encontraron 92 casos compatibles con COVID-19, pero después descartaron cada caso, concluyendo que la transmisión significativa antes de diciembre era poco probable.

Sin embargo, los expertos cuestionan si los criterios clínicos utilizados para seleccionar esos casos fueron lo suficientemente amplios y señalan que los resultados se basaron en pruebas serológicas realizadas, aproximadamente, un año después. El informe indica que no se puede excluir la posibilidad de transmisión antes de diciembre de 2019 y recomienda una revisión de métodos y estudios adicionales en muestras de sangre chinas.

Esta investigación ha resultado complicada y controvertida. Los términos de referencia establecidos por los estados miembros de la OMS exigían una colaboración entre científicos chinos y extranjeros, no una investigación o auditoría independiente. Gran parte de los datos fueron recopilados por científicos chinos antes de la visita de los expertos y posteriormente fueron analizados por el equipo conjunto. Por tanto, surgen dudas sobre el grado de interferencia que haya podido tener China en dicho informe.


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