La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha avisado en su último Análisis de Situación de Salud Pública (PHSA), de las graves repercusiones para la salud de la población de 22 países, sobre todo de América Latina, que acarreará el fenómeno meteorológico de ‘El Niño’ hasta el mes de septiembre, que agudizará crisis ya existentes y podría provocar otras nuevas, desde epidemias a malnutrición.
El evento, que inició su actividad en julio de 2023, puede causar tanto escasez de lluvia como exceso de agua que pueden generar inseguridad alimentaria, aumentar la desnutrición y, por ende, la vulnerabilidad de la población a las enfermedades infecciosas, sin olvidar la pérdida de vidas o los desplazamientos de la población.
El incremento de las temperaturas que implica este fenómeno del clima puede provocar, según advierte también la OMS, “epidemias de enfermedades transmitidas por vectores” en zonas de gran altitud, que normalmente son demasiado frías para esta clase de transmisión.
De esta manera, la OMS alerta de que poblaciones ya afectadas por una crisis humanitaria se enfrentan a un mayor riesgo de las consecuencias para la salud derivadas tanto del calor extremo como del exceso de humedad.
Entre los países que la OMS identifica de alto riesgo se encuentran Colombia (en particular su región norte), El Salvador, Guatemala, Guyana, Honduras, Nicaragua, Perú (región norte), Surinam o Venezuela, también en su parte septentrional.
Los países asiáticos que podrían resultar especialmente afectados han sido identificados como Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Birmania, Filipinas, Vietnam o Sri Lanka. En lo que respecta finalmente a África, la OMS recomienda especial precaución en Burundi, el sur de Etiopía, Kenia, Somalia, Ruanda, Tanzania o Uganda.
El Niño
El fenómeno de ‘El Niño’ ocurre en promedio entre cada dos y siete años con episodios que tienen una duración aproximada de entre nueve y doce meses. Aunque es un patrón climático que sucede naturalmente asociado con el aumento de las temperaturas de la superficie del océano en el Pacífico tropical, central y oriental, puede agravarse por un clima modificado por las actividades humanas.
Desde 2011, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recopila y publica mediciones sobre el clima y la calidad del aire y, en concreto, las concentraciones medias anuales de material particulado.
El objetivo, más allá de resumir el estado actual del aire, es recopilar datos sobre la calidad del aire que podrían usarse para obtener estimaciones sólidas de la exposición de la población y estudios del análisis de la carga de morbilidad debido a la contaminación del aire ambiental.
En conclusión, y según las estimaciones de la OMS, es muy probable que El Niño en curso tenga amplias implicaciones para la salud a escala mundial. En los próximos meses, es probable que las amenazas más graves para la salud surjan de la desnutrición debido a la inseguridad alimentaria agravada por los efectos de El Niño, el estrés por calor, la contaminación ambiental, y enfermedades diarreicas.