Los precios de los medicamentos es un asunto que siempre está presente en los debates sobre política farmacéutica y algo en lo que coincide todo el sector es en avanzar hacia una mayor transparencia. Ya se pidió en la 72ª Asamblea Mundial de la Salud celebrada en 2019, donde se instó a los países a compartir información sobre los precios tras la deducción de los reembolsos y descuentos.

Sin embargo, tal y como refleja un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD), los países reportan ciertas barreras a la hora de lograr transparencia en este contexto. En una encuesta realizada a 43 países miembros de la OCDE/UE, todos respondieron que estarían interesados en obtener información sobre los precios que finalmente pagan otros países.

En concreto, 20 de ellos exigían la publicación de los precios, pero reconocían que se enfrentan a “restricciones legales y contractuales” que no les permiten compartir información sobre los precios netos. Además, nueve países declararon tener disposiciones legales que prohíben o limitan la divulgación pública de información sobre precios netos y seis informaron que se enfrentan a restricciones legales que les impiden compartir información sobre precios netos. Por otro lado, 32 países mencionaron la existencia de cláusulas contractuales que limitan a las autoridades competentes y/o a los compradores en su capacidad para compartir información sin consentimiento.

De este modo, la OECD apunta a la necesidad de que estas dificultades se puedan superar “mediante acciones políticas para permitir que los países compartan información sobre precios netos”. Así, ha lanzado una propuesta de colaboración con los países interesados en aportar soluciones, como la eliminación de barreras legales y la creación de un mecanismo piloto para compartir precios.

En este sentido, 18 de los países encuestados estarían interesados ​​en participar en el piloto para compartir información sobre el precio neto con otros países. Pero ​​no se ponen de acuerdo sobre las condiciones bajo las cuales dicho mecanismo podría implementarse. Seis países preferirían participar en un mecanismo para compartir información de forma confidencial y recíproca entre autoridades competentes en una red cerrada, mientras que siete países preferirían establecer una red de compensación mecanismo interno administrado por un tercero que recopilaría información confidencial sobre los precios y compartir datos agregados y anonimizados (ya sea públicamente o con los países participantes). La mayoría de los países (16) apoyan la idea de que un tercero debería alojar el mecanismo.

La visión de la industria

Por su parte, la patronal de la industria europea, la EFPIA, cree que la transparencia en los precios tiene efectos perniciosos. Por eso, consideran que la confidencialidad en los precios de los medicamentos es esencial para garantizar el acceso a tratamientos innovadores y equilibrar los intereses del sistema de salud público y las compañías. Argumentan que la transparencia excesiva de los precios de los medicamentos podría afectar la capacidad de negociar precios adecuados y, a largo plazo, impactar negativamente en la inversión en innovación. Farmaindustria opina que los precios deben ser justos y permitir el retorno necesario para seguir desarrollando nuevos medicamentos.

Allá por 2015, su director general Richard Bergström reconocía que existe la necesidad de aportar más transparencia en lo que respecta a investigación y desarrollo, pero, señaló, esto no debe ser un factor que determine el debate del precio. “Es necesaria una mayor transparencia en los pipelines, aunque, no debe tener un impacto en el debate de precios”, precisó Bergström.

Por otro lado, y avanzando en el camino de la transparencia, el Código de Transparencia de la EFPIA exige desde 2016 a todos sus miembros que publiquen “las transferencias de valor realizadas a profesionales y organizaciones sanitarias”. Estas transferencias de valor se refieren a donaciones, patrocinios, convenios de colaboración, cuotas de inscripción, desplazamiento y alojamiento, honorarios por servicios y consultoría y gastos afines, e investigación y desarrollo. Así, los precios de los medicamentos no están incluidos en esta información.