“La gestión de la pandemia en Madrid ha supuesto un reto, porque entró como un tsunami, pero sin un manual sobre cómo gestionarla“, afirma Antonio Zapatero, viceconsejero de Salud Pública y Plan COVID-19. Y es que tomar decisiones en tiempos de pandemia no es nada fácil.

Zapatero asegura que no quería enfrentar el dueto economía-sanidad. Por ello, intentaron actuar “sobre el foco” y no perjudicar con las medidas tomadas. Así, durante un webinar organizado por la Real Academia Nacional de Medicina (RANME) y la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), el viceconsejero de Salud Pública madrileño ha explicado las estrategias que ha seguido la capital durante estos meses para frenar la expansión del virus.

Capacidad diagnóstica: test y cribados

“El primer problema que nos encontramos en mayo y junio de 2020 fue la capacidad diagnostica de la enfermedad”, señala Zapatero. En marzo y abril solo había unos pocos hospitales capaces de hacer la PCR, por lo que en junio y julio la Consejería madrileña trabajó con los laboratorios de microbiología para multiplicar (y lo hicieron hasta por 3, según el viceconsejero) la capacidad diagnóstica. “Si en junio la capacidad era de unas 10.000 PCR diarias, pasamos en el mes de julio y agosto a unas 30.000 diarias”, apunta.

Pero esto no fue una tarea sencilla, porque había una “carencia notable” en el mercado para disponer de estas pruebas. Sin embargo, Madrid fue pionera en la puesta en marcha de los test rápidos de antígenos en el mes de septiembre. “Fue el inicio de la segunda ola: se multiplicaron mucho los casos y los laboratorios de microbiología tenían dificultades para dar respuesta en tiempo y forma los resultados de las PCR”, recuerda Antonio Zapatero.

Ante esta problemática, trabajaron con las sociedades científicas que manejaban a pacientes COVID-19 y, en tiempo récord (15-20 días), se hicieron algoritmos de consenso para el uso adecuado de los test de antígenos en servicios de urgencia, Atención Primaria (AP), servicios de pediatría o centros sociosanitarios. “Esto cambió el paradigma del diagnóstico en la Comunidad: que los test aporten resultado en 15 minutos permitió separar rápidamente los pacientes positivos de la cadena de trasmisión”.

La disponibilidad de test de antígenos permitió hacer diagnósticos en AP porque se vieron que estos test eran de utilidad para pacientes sintomáticos (1.300.000 test realizados en AP desde septiembre de 2020). “Pero no solo eso, sino que también decidimos empezar a hacer en las zonas básicas de Madrid con alta incidencia, cribados de asintomáticos (más de un millón de test de antígenos de cribado realizados hasta ahora)”, señala el viceconsejero.

Así, entre AP y cribados de asintomáticos, la Comunidad ha realizado aproximadamente, dos millones y medio de test de antígenos.

Variantes COVID-19

Madrid también apostó por la colaboración con los servicios de microbiología para la identificación de nuevas cepas. “Cuando el ministro de Salud británico comunicó la aparición de la cepa británica, comenzamos a trabajar con los laboratorios de microbiología en la importancia que podría tener la secuenciación de esta nueva cepa y las implicaciones epidemiológicas y clínicas”, destaca el viceconsejero.

El 26 de diciembre Madrid comunicó los primeros cuatro casos de cepa británica en España. “Nos preocupaba el carácter de transmisibilidad de esta cepa y ahora ya en nuestra Comunidad y en toda España, es la cepa predominante en un 90-95 por ciento de los infectados“. Así, la viceconsejería presidida por Antonio Zapatero puso en en marcha un documento para fomentar la secuenciación en el contexto clínico.

“El objetivo de la UE es que estén secuenciadas el 5-10 por ciento de cepas. En el Hospital Gregorio Marañón tienen secuenciadas el 10,7 por ciento de los casos positivos… Madrid ha avanzado mucho en ese aspecto de secuenciación”, indica.

Prevención y control

Entre julio y octubre de 2020 la región realizó estudios de prevalencia en residencias de ancianos. “Hasta el 50 por ciento de residencias de Madrid tenían anticuerpos COVID-19”, señala Zapatero. También se realizaron estos estudios en colegios, prisiones y fuerzas armadas. “Ahora lo haremos en vacunados”, anuncia.

Como la prevalencia ha sido y fue diferente en las distintas regiones de la capital, decidieron tomar otra medida de control y comenzar con los confinamientos locales en las zonas básicas de salud (ZBS). Esto “permitió acotar las zonas con mayor infección”.

Además, se “sanitarizaron” algunos recintos no sanitarios, como los hoteles, para prestar apoyo a hospitales y centros de salud en la atención de pacientes COVID-19. “Ahora hay 25 personas de otros países aisladas con cepas que conllevan más peligro”, señala el viceconsejero.

Asimismo, la ventilación de edificios fue algo en lo que también fue pionera Madrid. Es algo importante, pues ayuda a rebajar la transmisión del virus en espacios cerrados.

Un aspecto novedoso y un elemento más que se utilizó a la hora de tomas medidas en Madrid fue el control de aguas fecales. Zapatero lo compara con “hacer miles de PCRs diarias”. “Lo que hacemos es correlacionar la presencia de coronavirus en las aguas fecales con los datos epidemiológicos y los datos de ingresos”, apunta.

Plan de vacunación

“Tenemos un plan de vacunación en Madrid en el que estamos poniendo en marcha todos los recursos que tenemos tanto en hospitales como AP, aunque es cierto que en esta primera fase la vacunación ha recaído más en AP”, afirma Zapatero. También se ha recurrido al apoyo de la Sanidad privada y de las mutuas.

Además, se han montado tres centros de vacunación masiva: el Hospital Isabel Zendal (cerca de 300.000 ciudadanos vacunados), el estadio Wanda Metropolitano (en torno a 150.000 vacunados) y el WiZink Center (último que se ha abierto).

Precisamente, Zapatero señala que, de los 1.200 pacientes actualmente ingresados por COVID-19, 308 están en el Zendal, algo que “permite a los hospitales tener menor presión de pacientes COVID-19 para atender patologías no COVID-19“. Además, considera esencial mantener en los hospitales la atención al paciente, cosa que no ocurrió en la primera ola porque “todo era coronavirus”.

Respecto a las cifras de vacunación alcanzadas hasta ahora, a fecha de hoy se han puesto 2.820.000 vacunas en la Comunidad. Los grupos etarios de más riesgo, de 80 y más años, ya están vacunados al 100% con segunda dosis, y de 60 o más años, ya ha recibido la primera dosis un 90,2 por ciento de ciudadanos. En total, 15 por ciento de la población tiene la pauta completa de vacunación y un 35 por ciento ha recibido ya la primera dosis.

Evolución de la pandemia

Antonio Zapatero considera que la evolución de la pandemia es favorable, aunque “todavía nos queda” para salir de ella. “Estamos viendo que las vacunas son muy buenas; desde que se cumplió la vacunación completa en las residencias, los contagios y fallecimientos por COVID-19 son casi nulos“, declara.

Asimismo, una vez completada la vacunación, el número de infecciones entre personal sanitario ha disminuido de forma drástica. Y también se está viendo que, con el 90 por ciento de los ciudadanos mayores de 60 años que han recibido la primera dosis, el número de ingresos en las ultimas semanas “está cayendo de forma importante”.

“La perspectiva de medio plazo si seguimos vacunando la veo positiva, dentro de la desgracia que ha supuesto la pandemia. Para ello, es fundamental seguir a corto plazo con las medidas de prevención, pero no descarto que, si todo evoluciona bien, la mascarilla en exterior sea prescindible”, dice Zapatero.

La idea es empezar a vacunar en junio a madrileños de entre 40 y 49, y en julio, a los menores de 40. “Lo ideal es que podamos tener en julio un 70 por ciento de la población con primera dosis puesta. Aunque es preferible completar la vacunación, sabemos que la primera dosis ya crea cierta inmunidad”, concluye el viceconsejero.


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