La enfermedad meningocócica invasiva (EMI) se configura como uno de los grandes problemas de salud pública a nivel mundial. A pesar de contar ya con herramientas para su prevención, los datos publicados por RENAVE indican que desde la temporada 2014-2015 se ha constatado un incremento de los casos habiéndose acelerado moderadamente en la última temporada analizada.
En la temporada 2017-2018, el serogrupo B fue el que produjo las tasas de incidencia más elevadas, siendo responsable del 41% del total de casos confirmados, seguido a gran distancia del serogrupo W (13,9%), C (11,6%) e Y (10,7%).
Situaciones extraordinarias, requieren de medidas extraordinarias. En una situación como la que estamos viviendo hoy día debido a la crisis sanitaria provocada por la Covid-19, se hace necesaria una profunda reflexión y diálogo entre expertos que permita abordarla con un punto de vista diferencial. Uno de estos debates se produjo ayer mismo en el “Panel de Expertos: Meningitis y Desigualdad”, promovido por GSK y Fundamed, con la coordinación de Ángel Gil, catedrático en Medicina Preventiva y Salud Pública, en el que un grupo multidisciplinar de especialistas intercambiaron distintas perspectivas sobre cómo incrementar las coberturas de vacunación actualmente mermadas y analizar fórmulas que permitan prevenir la futura aparición de nuevos brotes de enfermedades prevenibles, entre ellas la enfermedad meningocócica.
«La vacunación ha bajado un 30% por el miedo a acudir a los centros de salud y esto va a influir en las enfermedades inmunoprevenibles»
Ángel Carrasco, presidente de la Confederación Europea de pediatras de atención primaria (ECPCP), alarmó sobre la preocupante disminución de la cobertura vacunal que se está produciendo en toda Europa en los últimos meses debido a la crisis. “Ha bajado un 30% por el miedo a acudir a los centros de salud y esto va a influir en las enfermedades inmunoprevenibles. Los pediatras estamos muy preocupados por la aparición de brotes se podrían observar”. Diversos organismos internacionales ya están alertando sobre este peligro, entre ellos el Centro para el Control de Enfermedades de USA y la propia OMS.
En ese sentido, el Panel de Expertos alertó de la necesidad de establecer estrategias de vacunación que permitan reforzar el cumplimiento de los objetivos de cobertura vacunal antes del próximo invierno, planteando la posibilidad de redactar comunicaciones aclaratorias que trasladen seguridad y tranquilicen a la población y que se valoré el despliegue de nuevos modelos que faciliten la accesibilidad.
«Hay que buscar alternativas como pueden ser las farmacias o los servicios hospitalarios”
“Con las vacunas y, de manera especial, con las vacunas frente a la meningitis, debemos hacer un esfuerzo por compartir criterios que permitan resolver el desajuste que tenemos actualmente en el calendario vacunal”, exponía José Martínez Olmos, profesor en la Escuela andaluza de Salud Pública. Sin embargo, y ante la perspectiva de que la crisis sanitaria se extienda en el tiempo “no debemos dejar de pensar en mecanismos para que no se abandonen las coberturas de vacunación. Hay que buscar alternativas como pueden ser las farmacias o los servicios hospitalarios”, añadía.
“Si vamos percibiendo que las coberturas de vacunación van a menos, hagamos una llamada y busquemos una solución disponible”, insistía Olmos.
Coste-efectividad de la vacuna
En la actualidad existen dos tipos de vacunas que previenen la aparición de la meningitis, la tetravalente ACWY, y las que protegen frente al serogrupo B, actualmente el serogrupo que mayor número de casos ocasiona en España. Ambas están disponibles en las farmacias, pero si bien la tetravalente ACWY está incluida en el calendario vacunal gratuito, aún no se ha llegado al consenso suficiente para la inclusión de la del serogrupo B en las recomendaciones de vacunación sistemática del conjunto del país (sólo disponible en los calendarios de Castilla y León y Canarias), si bien las Asociaciones y Sociedades Científicas de Pediatría la recomiendan en las primeras edades de la vida.
«Se exige mucho a las vacunas en comparación con los medicamentos, y considero que a veces nos excedemos en la evaluación de parámetros»
Respecto a esta situación, Javier Castrodeza, jefe del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Clínico de Valladolid, resaltó que a él le resulta “sorprendente” el elevado nivel de requisitos y complejidad, así como la lentitud que envuelve los procesos de evaluación de las herramientas de inmunoprevención que son las vacunas. “Se exige mucho a las vacunas en comparación con los medicamentos, y considero que a veces nos excedemos en la evaluación de parámetros cuando hablamos de un calendario que debería de incluir todas aquellas vacunas que hayan demostrado efectividad”, continuó. “De cara a valorar una vacuna se deberían tener en cuenta otros criterios que no sean exclusivamente económicos”.
«Hay que romper de alguna forma la desigualdad en el acceso a la vacuna, no merece la pena echar más números”
La enfermedad meningocócica causada por serogrupo B tiene una baja incidencia, pero dado que puede producir secuelas graves o muy graves, y más raramente (hasta en un 10%) la muerte, en aquellos que la sufren, también conlleva una gran carga económica, no solo desde el punto de vista del Sistema Sanitario, sino también para, el sistema social así como para los pacientes y su contexto familiar. En esta misma línea, Exuperio Diez Tejedor, jefe de servicio de Neurología del Hospital Universitario La Paz, señaló que “si en el proceso de evaluación económica de las vacunas se considerasen los costes derivados de su impacto social, el resultado final estaría más que compensado. Hay que romper de alguna forma la desigualdad en el acceso a la vacuna, no merece la pena echar más números”.
Pedro Serrano Aguilar, del Servicio de Evaluación y Planificación del Servicio Canario de la Salud (SESCS), recordaba que “en la actualidad no se perciben movimientos, ni por parte de la autoridad sanitaria, ni de las agencias evaluadoras, que permitan tomar en consideración distintos niveles o valores en la definición de umbral de coste-efectividad en función de la enfermedad que se analiza, de forma que pueda establecerse si la ratio de coste-efectividad de medicamentos o vacunas analizados es adecuado o no de cara a la decisiones políticas. Sí que se observa un ligero debate en torno a este tema en la literatura internacional, pero no se perciben cambios ni a corto ni a largo plazo”.
«Las decisiones para financiar las vacunas son muy exigentes y con otros tratamientos no lo son»
“Tenemos que hacer el sistema sostenible, por eso es importante tener en cuenta la coste-efectividad. Pero las decisiones para financiar las vacunas son muy exigentes y con otros tratamientos no lo son. Tenemos que homogeneizar”, subrayaba Amos García, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV).
Desde la Asociación Española Contra la Meningitis (AEM), su presidenta, Cristina Regojo, criticaba que las decisiones de financiación se tomen por número de casos. “No es lo mismo en una enfermedad que en otra. Las vacunas deberían ser una prioridad ya que hay que centrarse en la salud de los niños y escuchar las preocupaciones de los profesionales del sistema sanitario y del contexto familiar, y más en una enfermedad que puede producir secuelas de carácter muy grave o directamente la muerte”.
«Se trata de un abordaje con un coste muy elevado, porque hay que poner en marcha un protocolo especial»
Cuando los pacientes llegan a los servicios de urgencias con EMI suelen llegar en un estado muy avanzado de la enfermedad. “Se trata de un abordaje con un coste muy elevado, porque hay que poner en marcha un protocolo especial, se administran antibióticos de alto coste y a esto hay que añadir los costes de la rehabilitación, hospitalización…”, puntualizaba Ruth Figueroa, del servicio de Microbiología Clínica y Control de la infección del Hospital Universitario de Basurto.
Financiación por nivel de renta
El Panel de Expertos concretó que para tratar de acabar con la desigualdad en el acceso a la vacuna de la meningitis causada por serogrupos B, potencialmente agravada por la situación económica derivada de la crisis pandémica, deberían analizarse posibilidades tales como la inclusión en el calendario sistemático de todas las Comunidades o bien la financiación por nivel de renta.
«El nivel de renta siempre influye en cualquier indicador de salud»
“Financiar en función del nivel de renta podría ser una fórmula más justa porque el nivel de renta siempre influye en cualquier indicador de salud”, señalaba Pablo Aldaz, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria.
“Es una vacuna con un coste significativo. En España hay muchas familias en situación de pobreza que no pueden permitirse este gasto. Es una situación extraña, porque solo está incluida en algunas comunidades, pero tiene una tasa de cobertura alta, tenemos que pensar en esto,”, recordaba el pediatra Angel Carrasco.