El Global Madrid | miércoles, 28 de diciembre de 2016 h |

Japón aprieta las tuercas a la industria farmacéutica. El gobierno ha anunciado que desde 2017 revisará anualmente los precios de todos los medicamentos que pueda recetar la sanidad pública, una práctica que hasta ahora se hacía cada dos años. El sector ha reaccionado con dureza ante este anuncio. La presión anual sobre los precios, asegura la industria, creará incertidumbre y afectará a la innovación de las compañías.

Según las estimaciones oficiales, la nueva revisión de los precios generará unos 1.600 millones de dólares de ahorro anuales en el gasto farmacéutico de Japón, el tercer mercado del mundo en medicamentos recetados. El cambio responde a varios factores. El aumento de la esperanza de vida, el incremento del número de personas mayores y el gasto asociado a las enfermedades de este sector de la población han contribuido a que la factura anual haya crecido un 10 por ciento en los últimos cinco años, alcanzando los 67.000 millones de dólares en 2015.

A ello se suma la presión por el precio de algunas innovaciones, a las que hasta ahora el Gobierno ha respondido de manera individual en dos casos: en 2016 las autoridades han intervenido para bajar a la mitad el precio de Opdivo, de Bristol Myers Squibb, y han reducido en un tercio el previo del Sovaldi, de Gilead.