El Global Madrid | viernes, 27 de enero de 2017 h |

El futuro del Sistema Nacional de Salud hace necesario una reflexión acerca de qué se quiere en España. En los próximos diez años, el sistema necesitará un rango de incremento del gasto con respecto a 2015 de entre 32.000 y 48.000 millones de euros, lo cual significa, en el peor escenario, prácticamente doblar el gasto sanitario público actual. Esta es una de las principales conclusiones del informe ‘Funding the gap. El futuro del sistema sanitario: ¿Será posible financiar el sistema y reducir las desigualdades en salud?’, elaborado por Esade y Antares Consulting. Según el análisis presentado en una nueva edición de la serie de debate social de Esade ‘Big Challenges’, moderada por Francisco Longo, director de la escuela y coautor del informe, el gasto sanitario público en 2025 podría situarse entre los 97.000 y los 113.000 millones anuales, considerando que en 2015 habrá sido previsiblemente de 64.833 millones de euros.

Según el informe, la diferencia entre ambas cifras es el resultado de una estimación lineal o una estimación gestionada del gasto sanitario público. Así, los 16.000 millones de euros de diferencia entre ambos modelos son el coste de no actuar. Es decir, las necesidades de financiación del gasto público sanitario como consecuencia de no haber tomado suficientes medidas para gestionar el crecimiento del gasto sanitario de aquí al año 2025. Sin embargo, los autores del informe también indican que los 32.500 millones de euros estimados en el escenario posibilista representan la base que habrá que financiar para cubrir las necesidades del sistema sanitario público en la fecha señalada.

El análisis muestra que el gasto en salud crece a medida que los países van desarrollándose, pero también que lo hace a un ritmo mayor que el crecimiento del PIB. Por término medio, 2 puntos por encima, lo cual suscita el debate sobre su sostenibilidad. Según Manel Peiró, director del Institute for Healthcare Management de Esade y coautor del informe, “este debate, pese a ser importante y necesario, se ha realizado a menudo obviando los beneficios que el sistema sanitario aporta. Tampoco se ha prestado la misma atención a la cuestión de la desigualdad, en que, a pesar de la universalización y de los grandes avances, existen importantes aspectos de mejora en España, como los tiempos de acceso al especialista con un seguro privado, el efecto de los (no) copagos o la elevada variabilidad de la financiación del gasto sanitario público entre autonomías”.

El informe de Esade muestra que, a raíz de la crisis, la reducción del gasto sanitario en España ha sido significativa: en 2014 se situó en los niveles de 2007. Los autores del documento señalan también la necesidad de analizar cómo se ha reducido este gasto y a qué se atribuye una disminución tan importante. Según los datos analizados, los capítulos que más se han reducido son, principalmente, los salarios de los profesionales (10 por ciento), las inversiones y los precios de los fármacos (en un 22 por ciento).