El Global Madrid | jueves, 21 de marzo de 2019 h |

La Estrategia de Investigación e Innovación en Salud 2020 ha alcanzado un alto grado de cumplimiento en sus primeros años de vigencia. Así lo acredita el informe de evaluación intermedia, que constata que en el ecuador de la estrategia casi 9 de cada 10 acciones previstas están en marcha. El viceconsejero de Salud del Gobierno Vasco, Iñaki Berraondo lo ha presentado ante la Comisión de Salud del Parlamento Vasco. En total, a día de hoy, el sistema sanitario vasco contabiliza más de 2.000 proyectos de Investigación y Desarrollo.

El informe sobre la Estrategia iniciada en 2016 constata el avance en los cuatro ejes estratégicos —Impacto, Integración, Personas, y Recursos— y en todos los objetivos previstos. Más de la mitad de las 57 acciones planteadas se encuentran ya implementadas o en fase avanzada de desarrollo.

Entre los principales avances destacan el liderazgo del área biociencias-salud RIS3 Euskadi y el desarrollo de proyectos colaborativos; el desarrollo de proyectos de innovación abierta, generados desde el propio sistema sanitario (programa Baliosasun), y el apoyo a terceros en materia de innovación (programa Innosasun), destacando especialmente el ámbito de dispositivos médicos; la coordinación de actividades de los Institutos de Investigación Sanitaria, incluida la vigilancia competitiva o la mejora en sistemas de información y herramientas para facilitar el desarrollo de I+D+i y la integración con la labor asistencial. También el posicionamiento europeo; el compromiso con el sello Human Resources Excellence de la Unión Europea y el aumento de la inversión para I+D, en particular del Departamento de Salud y Osakidetza, con un aumento superior al 23 por ciento en los últimos años.

Como parte de la estrategia también se ha completado el mapa de entidades de I+D+i del sistema sanitario, en torno a 5 entidades (bioef, bioaraba, biocruces-bizkaia, biodonostia y kronikgune) que constituyen un único sistema.

El despliegue de la estrategia ha acompañado y reforzado la capacidad investigadora e innovadora del sistema sanitario. Entre 2015 y 2017 se constata un aumento superior a 17 por ciento en inversión en actividades de I+D; un incremento del 66 por ciento en la captación de financiación competitiva, debido principalmente a la estructuración y gradual profesionalización de los centros de I+D+i; otro del 5 por ciento en el número de investigadoras e investigadores principales, siendo especialmente destacable el hecho de que el 49 por ciento de ese personal sean mujeres; y una mejora de la calidad de la actividad, que se refleja en el crecimiento de la tasa de éxito en convocatorias competitivas, y en el aumento de las publicaciones científicas de mayor prestigio (casi un 4 por ciento).