Salir del sector público para trabajar en otro ámbito conlleva a veces la presencia de cambios en el discurso. No ha sido este el caso de Encarnación Cruz. Su mensaje no ha variado, con independencia de dónde lo haya pronunciado: en el Ministerio de Sanidad, en la Consejería de Sanidad de Madrid o ahora, como directora general de BioSim. Ella aúna el conocimiento del biosimilar con el del difícil proceso de toma de decisiones de la Administración, y alerta del peligro de tomar decisiones cortoplacistas. Este es un extracto de la entrevista que EDS publicará en su próximo número.

Pregunta. ¿Cuáles son sus objetivos como directora general de BioSim?

Respuesta. La Dirección General establece las líneas estratégicas para cumplir el objetivo de consolidar y reforzar el uso de los biosimilares. Estas líneas pasan por consolidar los proyectos existentes: colaboración con las administraciones publicas; formación e información a pacientes y profesionales; alianzas con sociedades científicas y consejos generales…

Pero también queremos dar visibilidad al trabajo de la asociación y proporcionar información veraz, actualizada y rigurosa sobre los biosimilares.

P. La Comisión para la Reconstrucción ha acogido entre sus conclusiones el fomento del sector a través del refuerzo de una política activa de biosimilares. La clave, como siempre, estará en el cómo…

R. El hecho de que se apueste por el biosimilar como herramienta que permita mejorar el sistema de salud es importante. En cuanto a medidas concretas, toca establecer un diálogo con las administraciones central y autonómicas para exponerlas. Porque hace falta aterrizar en la práctica los titulares que ha dado el dictamen de la comisión.

P. ¿Qué médidas son precisas a nivel normativo?

R. Tendríamos que tener una mayor agilidad tanto para la autorización como para la comercialización de biosimilares que nos permitiera estar rápidamente en el mercado. Luego tendríamos que establecer sistema de fijación de precios adecuados. Por otro lado, sería necesario un marco normativo específico en relación con el intercambio, con el ‘switch’. Y además, establecer modelos de compra pública que faciliten la entrada del biosimilar en el propio proceso de compra.

P. ¿Y de cara a la industria?

R. Es claro que hay que establecer incentivos para los laboratorios que fabrican, investigan y comercializan biosimilares si queremos tener un mercado de biosimilares floreciente. Esto no es solo bueno para Sanidad; también es bueno para Industria, para Empleo y para Hacienda. Por tanto, hay que ampliar la visión de los actores a considerar en el ámbito de los biosimilares.

P. Ha mencionado el ‘precio justo’. ¿Cómo percibe la interlocución con el Gobierno al respecto?

R. La Administración tiene que conseguir el mejor precio para la sostenibilidad del sistema, teniendo en cuenta que no trabajamos solo para el hoy. Ojo que vayamos a matar la gallina de los huevos de oro. Y ojo que, también, no vayamos a hacer un mercado concentrado sólo en empresas que puedan hacer frente a determinados precios. Porque el precio justo no es el que baja de repente un 90% el precio de un producto biológico. Un precio justo tiene que ser aquel que ayuda a la sostenibilidad del sistema, que no le pone en riesgo, que no es abusivo y que garantiza que el ciudadano pueda tener acceso al medicamento, pero también aquel que da un beneficio al vendedor.

P. ¿Cómo encaja ahora el Plan de Acción del Fomento de Genéricos y Biosimilares?

R. Llevábamos tiempo pidiendo un plan de estas características. Tendremos que trabajar en algunos aspectos con las comunidades autónomas y en otros con la administración central para llevarlo a la práctica. Lo que sí necesitamos es que se ponga en marcha lo más rápido posible. Hemos hecho alegaciones, hemos aprendido en esta época y eso lo va a reforzar. Para mí, la pandemia y el dictamen han venido a reforzar la necesidad de este plan.

P. ¿Debe el sector participar en el Pacto-PIB, como planteó Farmaindustria?

R. Podríamos analizar la firma de un convenio que compartiera una misma filosofía: la necesidad de que todos apoyemos la sostenibilidad del sistema. Ahora bien, las características no son las mismas. El convenio de Farmaindustria pretende que no crezca el gasto farmacéutico por la entrada de originales. Es decir, de alguna forma liga la entrada de originales de mayor precio a un incremento del gasto. En el caso de los biosimilares la situación es al contrario. Mientras mayor sea el gasto del biosimilar, menor es el gasto farmacéutico y por tanto más revierte en el sistema.

P. ¿Dónde deben estar los biosimilares?

R. La pregunta no es dónde, sino qué molécula debe dispensarse en cada ámbito, sea biosimilar o no. Las características de la molécula, de la patología y de quién hace el seguimiento es lo que determina dónde está ese medicamento.


TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR…