Ainhoa Muyo Madrid | jueves, 23 de mayo de 2019 h |

Mejorar la concienciación y la comprensión con respecto a la resistencia a los antimicrobianos a través de una comunicación, educación y formación efectivas es uno de los principales objetivos que se marca el Plan de Acción Mundial sobre las resistencia a los antimicrobianos. Este programa, que ya ha conseguido que 117 países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) hayan puesto en marcha planes nacionales y 62 países estén ultimando los suyos, ha presentado novedades durante la durante la 72ª Asamblea Mundial de la Salud (OMS) que se ha celebrado estos días.

Además, el programa pretende reforzar los conocimientos y la base científica a través de la vigilancia y la investigación y reducir la incidencia de las infecciones con medidas eficaces de saneamiento, higiene y prevención de la infección. Para alcanzar estos objetivos el Plan incluye una serie de acciones y recomendaciones de la OMS que los Estados miembros deben aplicar para su consecución. Una de estas medidas es la prevención y el control de infecciones para prevenir y reducir el uso de antibióticos, por ejemplo, con infraestructuras adecuadas para el acceso al agua, el saneamiento y la higiene.

Otro de los objetivos es la utilización de forma óptima los medicamentos antimicrobianos en la salud humana y animal. Para ello la OMS realizó en el año 2017 una clasificación de antibióticos divididos en tres grupos: de acceso, de precaución y de último recurso, de cara a valorar si su utilización es necesaria para cada caso.

Por último, este Plan pretende recoger argumentos económicos a favor de una inversión sostenible que tenga en cuenta las necesidades de todos los países, y aumentar la inversión en nuevos medicamentos, medios de diagnóstico, vacunas y otras intervenciones.

Avances en cifras

Además, durante la presentación de estos objetivo, se expusieron algunos de los datos recogidos en la segunda ronda de la encuesta de autoevaluación que la OMS ha realizado a los países, y en la que destaca que el 50 por ciento de ellos establecieron un grupo de trabajo multisectorial sobre la restistencia a los antimicrobianos.

Además, 125 de estos países han realizado campañas relativas a los riesgos de resistencia, pero aún es necesario hacer esfuerzos adicionales y llevar a cabo campañas de sensibilización.

Otro de los datos destacables es que 105 de los países, el 68 por ciento, notificaron que disponían de un sistema nacional de vigilancia de la resistencia a los antimicrobianos para algunas bacterias patógenas comunes en el ser humano, ya que no todos participan actualmente en el Sistema Mundial de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos (GLASS); y casi un 40 por ciento tienen mecanismos de vigilancia para los sectores de salud animal y alimentos.

Respecto a los programas nacionales de prevención y control de infecciones para centros sanitarios, un total de 90 países informaron que disponían de él con directrices nacionales.

Por último, destaca que las políticas de 123 países exigen una receta médica para el uso de antibióticos en personas y 64 han limitado el uso de antimicrobianos de importancia crucial para la medicina humana como promotores del crecimiento en la producción de alimentos de origen animal.