Carlos B. Rodríguez Madrid | viernes, 26 de julio de 2019 h |

La presión internacional a favor de la transparencia en el mercado farmacéutico ha llegado a la Declaración de La Valeta. La octava reunión del Comité Técnico, celebrada el 12 de julio, siguió debatiendo acerca de cómo aumentar la eficacia de la colaboración transfronteriza, pero esta vez lo hizo con un aval de peso: la Resolución de la Organizacion Mundial de la Salud sobre mejora de la transparencia en el mercado de los medicamentos, las vacunas y otras tecnologías sanitarias, aprobada el pasado mes de mayo, durante la 72ª Asamblea Mundial de la Salud, impulsada por Italia, miembro de La Valeta, y co-patrocinada por varios países, entre ellos otros tres firmantes de esta declaración: Grecia, Portugal y España.


Más que un encuentro técnico, la octava reunión de La Valeta ha sido una declaración de intenciones


Esta octava reunión ha sido más que un encuentro técnico como los anteriores. Era el primero que se celebraba pasados los dos años de la firma constitutiva de la Declaración de la Valeta, que tuvo lugar en Malta el 12 de mayo de 2017, precisamente coincidiendo con la presidencia maltesa del Consejo de la Unión Europea. Para conmemorarlo, Malta volvió a ejercer de anfitrión de un evento al que acudieron varios de los ministros de los Sanidad de los países firmantes. Más que un encuentro técnico, fue una declaración de intenciones de que La Valeta sigue más viva que nunca.

Transparencia

Así se desprende también del balance del trabajo realizado por Chris Fearne, viceprimer ministro y ministro de Salud de Malta. La Valeta todavía no cuenta en su haber con ningún resultado concreto —a diferencia de BeNeLuxA, la gran iniciativa transfronteriza en el mercado farmacéutico europeo— más allá de haber trabajado la confianza entre sus miembros. Una vez conseguida esa confianza, es hora, según Fearne, de que La Valeta busque impactos más significativos.

El impacto que se busca no es otro que atajar la diferencia de precios en beneficio de los aproximadamente 160 millones de ciudadanos que son cubiertos por los 10 países firmantes de la declaración: Malta, Chipre, Grecia, Irlanda, Italia, Rumanía, Portugal, España, Eslovenia y Croacia. Según los resultados de informe técnico presentado en el octavo encuentro técnico, del cual Fearne dio cuenta en rueda de prensa, las discrepancias en materia de precios hace que algunos miembros de La Valeta paguen hasta siete veces más que otros.

La diferencia, a juicio de los responsables sanitarios de estos estados, parece excesiva. Pero hacer frente a ello implica un cambio de paradigma en la relación entre países. El gran objetivo de las conversaciones que tuvieron lugar en el último encuentro de La Valeta fue intentar convencer de la importancia de que los países del Sur de Europa bajen las barreras y accedan a hacer públicas las claúsulas confidenciales que negocian de manera bilateral con las compañías farmacéuticas.

Es aquí donde entra en juego la Resolución aprobada en la última Asamblea Mundial de la Salud, que insta a los estados a avanzar, precisamente, en la transparencia de los precios netos. Pero la cuestión, más allá de si la transparencia absoluta conviene, es si es posible o no. Los firmantes de La Valeta llevan un año discutiendo cómo dar validez legal a los posibles acuerdos que se alcancen. Según aseguró Fearne, las recomendaciones y propuestas en este campo se presentarán en la próxima reunión de La Valeta, que tendrá lugar en septiembre en —¿casualmente?— Italia, zona 0 del debate mundial sobre transparencia.

Resistencias antimicrobianas

La octava reunión de La Valeta contó con un segundo punto en su orden del día: cómo avanzar en la cooperación transfronteriza en la lucha frente a las resistencias antimicrobianas. También en este apartado las discusiones orbitan en torno a una necesidad discutida en la Asamblea Mundial de la Salud: la de cómo conseguir que los estados se beneficien cuando un medicamento, vacuna o tecnología sanitaria ha sido desarrollada, en parte, con financiación pública.


Las propuestas de La Valeta en materia de transparencia se presentarán en la siguiente reunión (septiembre, en Roma)


Partiendo de la base de que la industria por si sola no puede hacer frente al coste que implica el desarrollo de nuevos antibióticos, Fearne explicó que hay que buscar fórmulas que constituyan un win-win para los dos sectores. El modelo que se quiere proponer desde La Valeta parte de una visión de los estados como ‘accionistas’ de los proyectos de I+D, y se concretaría en acuerdos con la industria que permitirían establecer “precios preferenciales” en dichos países.