El pasado 17 de marzo, cuando se puso en marcha un nuevo consejo técnico-científico de asesores de la UE sobre COVID-19, sorprendió la ausencia de representación española. Este comité científico, presidido por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y co-dirigido por Stella Kyriakides, comisaria de Salud de la Comisión, se constituyó con el objetivo de dar una respuesta rápida a la crisis sanitaria, en la que solo se cuentan siete miembros. Tras haber sido preguntado por la oposición en numerosas ocasiones, el Gobierno ha explicado por escrito al Congreso el porqué de la “exclusión” de España en dicho comité.

Expertos independientes

En realidad, el Gobierno asegura que no se ha producido ninguna exclusión, pues “la Comisión ha elegido a los expertos en función de su trayectoria profesional y el prestigio de las instituciones académicas o investigadoras que representan”. Explica que la decisión no ha estado marcada por ningún factor de representación nacional ni equilibrio geográfico, demográfico o político. Asimismo, argumenta que en el protocolo de constitución del Comité de expertos se indica que “dado que no es posible organizar una convocatoria pública por la urgencia, los miembros serán nombrados de inmediato entre personas con experiencia reconocida en los sectores mencionados”.

Fuentes de la Comisión Europea explican que “los expertos se eligieron en base a criterios sobre su experiencia profesional desde una perspectiva epidemiológica, virológica y de salud pública”. Sus miembros actúan “de manera independiente y por el interés público de la Unión Europea”. Puesto que están nombrados a título personal y actúan de forma independiente, los siete expertos que forman el comité no representan a sus países.

Estos son los expertos seleccionados: Arnaud Fontanet (Instituto Pasteur, Francia); Christian Drosten (Instituto de Virología de la Charité de Berlín, Alemania); Kåre Mølbak (Statens Serum Institut, Dinamarca); Lothar H. Wieler (Instituto Robert Koch, Alemania); Maria Rosaria Capobianchi (Laboratorio Spallanzani, Italia); Marion Koopmans (Centro Médico Erasmus, Países Bajos); y Peter Piot (London School of Hygiene & Tropical Medicine, Bélgica).

Sin carácter decisorio

Además, el Gobierno ha señalado que este comité científico no es un órgano decisorio sobre la crisis, sino que se trata de un “panel consultivo” que emite meras opiniones o recomendaciones. En concreto sus funciones son la formulación de las medidas de respuesta a todos los Estados miembros en las diferentes etapas de la pandemia; la identificación y mitigación de lagunas, inconsistencias o deficiencias en las medidas tomadas para contener y controlar la propagación o en el manejo y tratamiento clínico; la orientación en asistencia sanitaria, protección civil y otros recursos, así como recomendar medidas para mitigar las consecuencias de la crisis en el medio y largo plazo.

También ha hecho hincapié en que el comité consultivo “no es un panel en el que España o el resto de los Estados miembros cuenten con un puesto reservado”. Los componentes han sido invitados de forma personal por la presidenta von der Leyen a formar parte de tal comité por un período de seis meses, y no se ha producido un proceso de selección. Es debido a ello que no se definieron requisitos propiamente dichos para formar parte del grupo. Por tanto, el Gobierno concluye que “no se puede deducir ninguna intencionalidad en que España no forme parte de este comité”.


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