El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado el Plan de Acción 2021-2024 Salud Mental y COVID-19, que viene a complementar la Estrategia de Salud Mental aprobada en el año 2006. Como ha destacado, desde 2019, el Gobierno impulsa su renovación, con la participación de expertos y de personas con enfermedad mental. Se trata de “un documento estratégico pensado por y para profesionales y pacientes de Salud Mental. Una hoja de ruta que permite avanzar con pasos afianzados hacia la mejor salud mental, en su más amplio sentido”, ha destacado el presidente. Esta estrategia se verá ahora reforzada por el Plan de Acción 2021-2024 Salud Mental y COVID-19, que contará con una dotación económica de 100 millones de euros por parte del Gobierno de España y que se pone en marcha “atendiendo a la emergencia provocada por el impacto de la pandemia de COVID en Salud Mental y respondiendo al Dictamen de la Comisión de Reconstrucción“. Sus acciones concretas “serán, como siempre, fruto del consenso del Comité Institucional y refrendadas por el Consejo Interterritorial“, según ha explicado el presidente del Gobierno. La mejora de la Atención a la Salud Mental en todos los niveles del Sistema Nacional de Salud -tanto en atención hospitalaria como primaria- es una de las principales medidas incluidas en el nuevo plan, junto al impulso a la Formación Sanitaria Especializada en salud mental, la sensibilización y la lucha contra la estigmatización, la prevención de las conductas adictivas, la promoción del bienestar emocional -poniendo el foco en la infancia, la adolescencia y otros grupos vulnerables como las mujeres o los mayores- y la mejora de la prevención, la detección y la atención de la conducta suicida.

“Hemos pasado del silencio al debate, y del debate tenemos que pasar a la acción”. “Debemos dar respuesta inmediata a quienes tienen problemas de salud mental. Pero también debemos abrir un debate social sobre las causas profundas y prolongadas que están en el origen de los trastornos de salud mental”, ha destacado Sánchez.

Una prioridad

El jefe del Ejecutivo ha señalado la salud mental como “una prioridad para este Gobierno” y ha afirmado que “solo mediante la concienciación social y el compromiso sanitario y político podemos afrontar este gran reto que tenemos por delante”. Por su parte, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha puesto el foco en el impacto de la pandemia en la salud mental. “Son múltiples los estudios que apuntan a que dichas consecuencias han sido importantes y que nos acompañarán en los próximos años”. Darias ha señalado que los pacientes COVID y sus familiares, las mujeres, los niños, la población con menos recursos o el personal sanitario han sido los grupos cuya salud mental ha sufrido los golpes más duros. “Detrás de estos datos hay personas que sufren la enfermedad y el estigma, porque hablamos con normalidad de cualquier enfermedad de nuestro cuerpo, pero no lo hacemos así, con esa normalidad“.

Una atención equitativa

“Tenemos que actualizar todas nuestras herramientas para poder responder desde un enfoque transversal y de salud pública a los desafíos presentes y futuros”, ha explicado. “Nuestro objetivo es intensificar el esfuerzo para que se cumpla el lema elegido por la Organización Mundial de la Salud para este 10 de octubre: Atención de salud mental para todos. Hagámosla realidad. Este es nuestro compromiso y nuestra determinación para alcanzar una vida plena y saludable”.

El presidente del Gobierno ha destacado también la importancia de los determinantes socioeconómicos en la salud mental. “Las condiciones de vida, la precariedad laboral y la incertidumbre hacia el futuro aumentan el riesgo de padecer ansiedad, angustia, depresión o trastornos más graves”. Tal y como ha explicado, los jóvenes, las personas mayores, las mujeres y las personas con discapacidad son los grupos de población que han visto más afectada su salud en este último año. “El impacto de las crisis en los colectivos más vulnerables siempre es más fuerte. Las brechas se agravan“.