Carlos B. Rodríguez Madrid | viernes, 27 de enero de 2017 h |

Las cifras de gasto farmacéutico de receta del Sistema Nacional de Salud de 2016 superó al de 2012 (año en el que comenzó a aplicarse la reforma de Ana Mato) en 141,8 millones de euros. No es el único dato reseñable de un ejercicio que también confirma que el gasto medio por receta es ahora 30 céntimos mayor que hace cuatro años. Comparativamente, sólo las cifras de demanda dan un respiro a Sanidad, al situarse por debajo de las del año de referencia. El incremento del 3,96 por ciento sobre el año 2015 queda ahora a la espera del gasto hospitalario de 2016. La suma de ambos determinará la resolución del primer año del protocolo de sostenibilidad. Si bien apunta a resultados positivos para la industria, podría tener consecuencias inmediatas para algunas comunidades autónomas.

Farmaindustria sigue sin plantearse un escenario de devolución. Fuentes de la patronal trasladan que sus últimas estimaciones, de hecho, indican que el crecimiento del gasto en medicamentos será para todo el ejercicio 2016 “inferior al 1 por ciento, quedando lejos por tanto de la variación interanual del PIB del 3,2 por ciento calculada por el Gobierno, y de la regla de gasto de 2016, fijada en el 1,8 por ciento”. Pero incluso aunque los datos finalmente confirmen estas previsiones, el Pacto/PIB tiene otra pata, regulada en la reforma de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (Lofca) e imbuída en el acuerdo con la industria vía FLA.

La ley contempla penalizaciones para las comunidades que, habiendo adquirido el compromiso voluntario de aplicar techos de gasto sobre su Producto Interior Bruto, los sobrepasen, no pudiendo en este caso aprobar la cartera de servicios complementaria, ni acceder al reparto de recursos económicos que en materia sanitaria se realice por parte de la Administración General del Estado.


La Lofca contempla penalizaciones para las comunidades que, habiéndose comprometido a aplicar techos de gasto sobre su PIB, los sobrepasen


Las últimas previsiones del Gobierno situaban el crecimiento del PIB en España en un 3,2 por ciento en 2016. Sólo con el gasto de receta de 2016 en la mano, doce comunidades autónomas se situarían por encima. Pero, por otro lado, casi todas registraron en noviembre descensos en el gasto hospitalario. La cuestión será saber si el cómputo global permitirá situar el gasto de esas 12 regiones por debajo de su respectivo PIB.

Algunas ya se sitúan en zona roja. La que más, Aragón. Sus últimas estimaciones del crecimiento del PIB para 2016 rondaban el 3,1 por ciento. Pero su gasto de receta en 2016 fue del 6,50 por ciento, mientras que su gasto hospitalario creció en noviembre un 1,6 por ciento. Difícilmente la región gobernada por Javier Lambán podría escapar a la aplicación de la reforma de la Lofca. Siendo el ejemplo más evidente, podría no ser el único, teniendo en cuenta que la factura de receta ha crecido un 6,69 por ciento en la Comunidad Valenciana, o un 5,62 por ciento en Castilla-La Mancha.


Difícilmente Aragón podría escapar a la aplicación de la reforma de la Lofca. Siendo el ejemplo más evidente, no es el único


Sin duda esta circunstancia ya dará que hablar este año, pero sin medidas adicionales que lo eviten se maximizará en 2018, cuando el impacto extraordinario vinculado a la hepatitis C devuelva progresivamente la factura hospitalaria a su senda habitual de crecimiento. Los datos disponibles así lo apuntan. Hoy, si no se computara el gasto de los nuevos antivirales, el gasto hospitalario del conjunto de las comunidades autónomas estaría creciendo en el entorno del 8,8 por ciento… Afectaría de pleno al conjunto de las autonomías, y también a la industria farmacéutica.

Para las comunidades, la tabla de salvación está en la reforma del modelo de financiación autonómica. Durante los debates de la reforma de la Lofca varios grupos ya manifestaron que el instrumento de sostenibilidad del gasto farmacéutico no tenía sentido para las administraciones, cuyo problema no es tanto de gastos o costes como de una infrafinanciación continua.

Tras la Conferencia de Presidentes, el gasto farmacéutico como determinante del gasto público ha seguido cobrando fuerza en los múltiples diálogos mantenidos la semana pasada sobre la reforma del sistema de financiación.

El gasto, ante el debate sobre el copago

Es imposible no interpretar los datos del gasto farmacéutico de 2016 en un contexto más amplio, y crítico a varios niveles. Está a punto de comenzar la renegociación de un sistema de financiación para el que se solicitan bloques específicos para Sanidad y Farmacia; además, el gasto se publica pocas semanas después de que el Tribunal de Cuentas haya puesto en tela de juicio la gestión farmacéutica; la misma semana en que la Comisión Europea alerta del riesgo de incumplimiento de los objetivos de déficit en 2017 y 2018 y días antes de que la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, vuelva a comparecer ante el Congreso para dar explicaciones sobre la reforma del copago farmacéutico. Ésta última circunstancia parece haber quedado aclarada después de el presidente del Gobierno haya zanjado la polémica abierta hace dos semanas por Montserrat. Interpelado en un almuerzo-coloquio organizado por el diario ABC en torno a si la reforma del copago farmacéutico entra en los planes del Ejecutivo, Mariano Rajoy fue tajante: “No, no lo voy a hacer esta legislatura”.