El Consejo de Ministros ha aprobado la creación del Observatorio de Salud y Cambio Climático (OSCC), un nuevo organismo que nace de la necesidad de abordar transversalmente el impacto que el cambio climático tiene sobre la salud.
Las altas temperaturas, los fenómenos meteorológicos extremos o los cambios en los patrones de precipitación generan multitud de efectos indirectos que repercuten en determinantes de la salud, como son el aire limpio, el acceso al agua potable o la seguridad alimentaria. Dada la magnitud y el impacto de los riesgos de la emergencia climática se está tratando de abordar el problema desde diferentes disciplinas y ámbitos de la gestión pública.
Actualmente, el Ministerio de Sanidad hace un seguimiento de los diversos indicadores relacionados con este factor como la mortalidad por calor o los casos de enfermedades tropicales. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) desarrolla predicciones y hace seguimiento de eventos extremos peligrosos para la salud, como olas de calor o lluvias torrenciales, y proyecciones que permiten anticiparse a los escenarios futuros de cambio climático.
Por su parte, el Ministerio de Ciencia e Innovación fomenta la investigación en materia de salud y cambio climático en el Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación, contribuye a la generación de conocimiento científico para la evaluación y prevención de riesgos, y presta asesoría científico-técnica a las administraciones a través de los organismos públicos de investigación adscritos al departamento.
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha apuntado que “la capacidad de predicción es capital para poder coordinar mejor el trabajo de seguimiento, anticipación y la valoración de las medidas que se toman”. Por su parte, el ministro de Sanidad, José Miñones, ha recordado que “hay que vigilar y actuar ante los efectos de las condiciones meteorológicas extremas sobre la salud”.
Funciones principales
El Consejo de Ministros, además, ha aprobado la agenda de trabajo de dicho órgano. Entre los primeros retos a abordar se encuentran la definición de umbrales de aviso del sistema Meteoalerta teniendo en cuenta los impactos en la salud humana; la definición de patrones de variación de temperatura orientados a la detección de situaciones de potencial peligrosidad; la creación de un sistema de avisos de riesgo climatológico; la actualización del sistema de estimación de muertes por temperaturas extremas en España o el desarrollo de un plan de vigilancia de la morbimortalidad asociada al impacto del cambio climático.
Entre sus funciones está la revisión y actualización de los indicadores existentes en materia de salud y cambio climático, para reforzar su valor informativo y recoger el amplio espectro de riesgos para la salud que se asocia al cambio del clima.
También la creación de un sistema integrado de avisos y alertas, que permita considerar de forma conjunta diversas amenazas a la salud originadas por la existencia de riesgos compuestos y en cascada asociados al cambio climático.
Además, será importante la promoción de una cultura de la autoprotección, especialmente necesaria en el caso de las comunidades y grupos más vulnerables, que incremente la conciencia de los riesgos y capacite para evitarlos o reducirlos.