Carlos B. Rodríguez Madrid | jueves, 31 de octubre de 2019 h |

¿Se imagina un futuro en el que las grandes entidades filantrópicas encargadas de financiar, promover e impulsar la investigación biomédica en España estuvieran alineadas en torno a las líneas definidas por el Instituto de Salud Carlos III en la Acción Estratégica en Salud? Es probable que dentro de poco no sea preciso imaginarlo. Esta pregunta podría dejar de ser ciencia ficción para convertirse en una realidad en próximos años. Ésta va a ser —ya lo es— una de las líneas de trabajo estratégicas con las que el Instituto de Salud Carlos III pretende modernizar el escenario de la financiación de la ciencia española. Y no es ni mucho menos la única acción prevista, según anunció Cristóbal Belda, subdirector general de Evaluación y Fomento a la Investigación del Instituto, durante su participación en la Sesión de Innovación en Ciencias de la Salud: Conocimiento en acción, que tuvo lugar con motivo de la VII edición de las Becas Gilead a la Investigación Biomédica.

El “cambio radical” que está impulsando el Carlos III tiene que ver con un déficit de sobra conocido del sistema español de Ciencia y Tecnología: las dificultades existentes para transformar en innovación real todo el conocimiento que genera por un tejido investigador potente y reconocido a nivel nacional e internacional. El instituto que dirige Raquel Yotti está intentando facilitar esta transición innovando internamente, desde la propia casa.


El Carlos III quiere facilitar la transición entre el conocimiento investigador y la innovación real


Sin duda una de las más ambiciosas tiene que ver con las prioridades de investigación. Hoy, estas prioridades, establecidas en una acción —la Acción Estratégica en Salud— en la que participan varios ministerios, se ha marcado el reto de ser una especie de guía para que todos aquellos que lo deseen puedan alinearse con estos objetivos. “Ahora hacemos cosas parecidas, pero vamos por separado”, explicó el subdirector general de Evaluación y Fomento a la Investigación del Carlos III. Mañana, quizá, si este cambio se lleva a cabo, sea posible hacer realidad la (todavía) utopía de cualquier sector, pero especialmente del sector científico e investigador: ser más fuerte a través de una verdadera coordinación.

Los pacientes, futuros evaluadores

Antes de que esto ocurra tendrá lugar otro cambio muy relevante en el marco de la Acción Estratégica en Salud para 2020: la incorporación de los representantes de los pacientes a los comités técnicos de evaluación que evalúan los proyectos de investigación que finalmente serán financiados con los impuestos públicos. “Se trata de algo completamente novedoso”, según Belda, que según el Carlos III podría facilitar como ninguna otra medida el deseo de tender puentes entre el conocimiento y la innovación real. “Hacer realidad una participación ciudadana efectiva va a permitir que el recorrido entre ciencia, innovación y llegada al paciente sea más rápido”, añadió este experto.


La presencia de los pacientes obligará a cambiar el modelo de evaluación con cambios en la memoria de los proyectos


Este cambio, a su vez, llevará al tercer componente de la revolución del Carlos III. La presencia de los pacientes obligará a modificar el modelo de evaluación introduciendo cambios en la memorias de los proyectos de investigación. “Vamos a pedir que los proyectos se describan en un lenguaje que pueda entender cualquier ciudadano, porque vamos a intentar que buena parte de la evaluación de los proyectos sea presencial”, añadió el subdirector general de Evaluación y Fomento a la Investigación del ISCIII. Es decir, que en el futuro los investigadores irán al Instituto de Salud Carlos III a defender su proyecto delante de una comisión técnica formada no sólo por investigadores sino también por los destinatarios finales de esa ciencia.

De llevar a cabo estas medidas, España se sumaría a una tradición que en otros países tiene ya mucha trayectoria y que ha demostrado su eficacia a la hora de impulsar la innovación aplicada la protección de la salud. “No estamos inventando nada, pero estamos llevando la financiación de la ciencia a un escenario mucho más contemporáneo”, resumió Cristóbal Belda.