J. A. R. Barcelona | viernes, 08 de septiembre de 2017 h |

La llegada de la crisis económica en el año 2008 trajo consigo severos recortes en los presupuestos de sanidad de las diferentes comunidades autónomas. Entre 2009 y 2013, estos presupuestos, en su conjunto, se redujeron en un 11,87 por ciento. El reparto de estos recortes fue desigual en función de la región y los servicios. Por ejemplo,el gasto en farmacia sufrió una de las reducciones más importantes, con un descenso del gasto del 22,26 por ciento entre 2009 y 2013.

Pero, como señaló David Cantarero, investigador de la Universidad de Cantabria, durante las jornadas AES, la tendencia ha cambiado en los últimos años. “Con datos de 2015, que son los presupuestos efectivamente ejecutados, ya hay más recursos destinados a Sanidad que en 2013, con un aumento global del dinero destinado a esta partida del 3,8 por ciento”. Aunque, a la importante pregunta de si esta recuperación económica ha tenido un impacto positivo sobre la desigualdad, Cantarero enfatizó que “no, la desigualdad sigue presente”. Este experto puso como ejemplo que el “gasto per cápita vasco es del 1,50 mientras que en Andalucía es del 1,25”.

Asimismo, también hay importantes variaciones en lo que respecta al esfuerzo presupuestario que deben realizar las regiones en sus presupuestos sanitarios. “Navarra, en 2017, es la segunda región en más gasto sanitario pero la que realiza un menor esfuerzo, ya que el dinero que dedica a sanidad supone el 25,7 por ciento del presupuesto. En cambio, otras comunidades, como Murcia o Asturias, gastan menos pero tienen que hacer un esfuerzo mayor, de entre el 39 y el 41 por ciento”. Por tanto, señaló Cantarero, el mayor esfuerzo de algunas comunidades autónomas no se traduce en una mayor inversión en sanidad. Este experto propuso que sería necesario “reformar el modelo de financiación de las comunidades autónomas para solventar la infrafinanciación que sufren algunas de las regiones”.

Hospitalcentrismo

Cantarero también puso el énfasis en la necesidad de combatir el hospitalcentrismo, que sigue siendo el eje del sistema. “El envejecimiento de la población debería obligar a los gestores a revisar la cartera de servicios”, señaló. Hay que tener en cuenta que se estima que en el año 2064 el gasto en cronicidad sea 47 veces mayor que en la actualidad.