Carlos B. Rodríguez Madrid | viernes, 16 de septiembre de 2016 h |

Estimaciones como la de que para el año 2025 una de cada cuatro personas será mayor de 65 años han convertido el envejecimiento en uno de los desafíos presentes en todas las agendas sanitarias. Muchas proyecciones lo sitúan como el principal impulsor de la factura sanitaria en el futuro. Jon Darpón, consejero de Sanidad del Gobierno Vasco, no niega que el gasto sanitario tiene que ver con la edad, aunque asegura que el mayor determinante “es el desarrollo tecnológico y farmacéutico”. La diferencia, según sus datos, es enorme: el envejecimiento condiciona entre el 2 y el 11 por ciento del incremento del gasto sanitario, mientras que las innovaciones condicionan el “50 por ciento”.

Los años de crisis han puesto de manifiesto las dificultades a la hora de incorporar las innovaciones pero también los beneficios que éstas ofrecen a pacientes, profesionales y al propio sistema sanitario cuando su introducción es coste-efectiva. Durante su participación en los Desayunos SocioSanitarios de EuropaPress, Darpón lanzó el mensaje de que es “indispensable” que se mejore el coste-efectividad “de lo utilizado hasta el momento” y se apueste por una evaluación “independiente, más rigurosa y objetiva”, previa a la introducción de tecnologías y medicamentos, que asegure beneficios “reales” en la práctica clínica.


Darpón cree indispensable que se apueste por una evaluación “independiente, más rigurosa y objetiva” de las innovaciones


También cree que ha llegado la hora de que los actores que interactúan en el sistema se replanteen sus relaciones. Darpón cree necesario “ahondar en la corresponsabilidad” de todos, incluidos los pacientes, para alcanzar un consenso en torno a la definición de resultados en salud, una laguna que en la práctica actúa como freno a la compra pública innovadora, a pesar de la apuesta que el Gobierno vasco ha realizado por los acuerdos de riesgo compartido. “No queremos comprar blíster o pastillas; sino resultados”, destacó el consejero… Una tarea que, según él, no sólo pasa por profundizar en una relación entre partners (alejada de la tradicional ‘cliente/pagador’) sino también por impulsar la nueva normativa. “Ciertamente —reconoció tras ser preguntado por la Ley de Contratos Públicos—, la legislación ha ayudado poco para que las administraciones públicas paguemos por resultados”.

De manera específica para las comunidades autónomas, el Gobierno vasco seguirá reclamado una mayor participación en la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos. Precisamente una de las propuestas del PNV de cara a las comicios autonómicos del 25 de septiembre pasa por conseguir que Euskadi tenga presencia permanente en este organismo.

Sí a los SPD

En el campo de la Farmacia, el consejero no aclaró cuándo se publicará el decreto sobre el nuevo modelo de prestación farmacéutica a sociosanitarios ni si hay fecha para firmar con los COF el convenio que desarrolla el programa remunerado de seguimiento farmacoterapéutico a pacientes crónicos, pero sí mostró su apoyo a los Sistemas Personalizados de Dosificación.

Darpón no quiso entrar a valorar las afirmaciones de su homólogo aragonés, que recientemente calificó los SPD como “una estrategia de marketing” de las farmacias pero aseguró que su Departamento está trabajando para implementarlos en Osakidetza como una herramienta de eficiencia.

¿Posibles pactos?

Si el PNV necesitara apoyos para gobernar, ¿con qué programa sanitario se sentiría más cómodo? Según Jon Darpon, la preferencia “la marcarán los ciudadanos” el 25 de septiembre, aunque de partida considera que existe una gran similitud entre todas las formaciones que concurren a las urnas. Ciertamente, todos quieren proteger el sistema sanitario, pero si se tienen en cuenta los mensajes concretos, los ejes programáticos del PNV están, a priori, más cerca de unos que de otros.

Si de lo que se trata es de garantizar la sostenibilidad del sistema sanitario, el programa del PSOE ofrece un punto de vista casi idéntico al del PNV en cuanto al impacto y la introducción de las innovaciones. Según el PSOE, se requiere que los gestores de la salud realicen una gestión eficiente de los recursos para facilitar una práctica clínica que esté basada en la evidencia científica y en el coste-utilidad, coste-eficiencia y coste-oportunidad de las intervenciones que se vayan a poner en marcha, así como de las ya existentes. Asimismo, y al igual que el consejero, los socialistas vascos aseguran que “la tecnología sanitaria, incluyendo las nuevas terapias, es cada día más costosa y puede hacer peligrar nuestro sistema sanitario, por lo que se hace imprescindible evaluar su introducción”, algo por lo que también apuesta Podemos, que además insiste en aumentar la financiación del sistema sanitario vasco.

Si en cambio se atiende a los profesionales farmacéuticos y el fomento de su papel para ganar en eficiencia, el mensaje del PNV tiene más eco en el programa presentado por el PP. La formación liderada por Alfonso Alonso propone ampliar las competencias de las oficinas de farmacia, “facilitando el acceso seguro de los farmaceúticos a información clínica para alcanzar una coordinación con el resto de los profesionales sanitarios y garantizar un mejor uso de los medicamentos”. El Partido Popular también considera conveniente impulsar el acceso de los profesionales famacéuticos al historial farmacoterapéutico del paciente, para el seguimiento y control de los enfermos crónicos y polimedicados.