Si España tiene hoy una de las mayores esperanzas de vida y uno de los sistemas sanitarios más potentes del mundo es, en buena medida, gracias a la contribución del medicamento. Aunque desde la perspectiva de lo público se ha entendido tradicionalmente como un gasto, el sector lo defiende como una inversión. Así lo recordó precisamente el presidente de Farmaindustria, Martín Sellés, durante su comparecencia ante la Comisión para la Reconstrucción del Congreso. La pandemia de Covid-19 ha afianzado esta visión. El medicamento ha sido clave en la respuesta asistencial al coronavirus y el sistema ha respondido con una inversión puntual formidable, según los datos de gasto farmacéutico de Sanidad y Hacienda.

Los registros disponibles en el Ministerio de Sanidad cubren hasta el mes de abril. Según esta información, el gasto de receta registró su máximo pico en marzo. Ese mes, la inversión en medicamentos superó los 1.000 millones de euros. La cifra es un 10,5 superior a la del febrero de 2020 y un 14,18 por ciento superior con respecto a la de marzo de de 2019. Que se trató de una respuesta extraordinaria a la pandemia lo apoya el hecho de que en abril la factura volvió a su senda de crecimiento habitual.

Por su parte, la inversión en gasto farmacéutico hospitalario se elevó en marzo hasta los 1.976,7 millones de euros. No obstante, la cifra crece hasta los 2.389 millones de euros si se tiene en cuenta también el gasto en productos sanitarios. A falta de saber qué ocurrirá en abril (los datos del cuarto mes aún no han sido publicados por Hacienda), esta cifra fue un 17,9 por ciento superior a la de febrero y un 18,9 por ciento superior a la de marzo de 2019.  Asimismo, la variación interanual de esta partida entre marzo de 2020 con respecto al mismo periodo de 2019 fue de un 12,3 por ciento más, alcanzando los 6.284 millones de euros.

El gasto farmacéutico de receta

En marzo de 2019, la factura de receta creció un 2,94 por ciento sobre el mismo mes de 2018. Esto supuso unos 903,4 millones de euros. El incremento registrado en el tercer mes de 2020 ha supuesto, como ya se ha visto, que la inversión haya superado la barrera de los 1.000 millones de euros.

Un análisis de las dos variables que componen esta factura afianza el papel de la Covid-19 como impulsor de la inversión en el SNS. Así, el incremento del gasto medio por receta en marzo de 2020 fue del 1,30 por ciento, superior al 0,13 por ciento de marzo de 2019, pero bajo control. La demanda este año, en cambio, ha sido muy superior. En el ejercicio pasado creció un 2,80 por ciento en el tercer mes. En marzo de 2020 ha llegado al 12,72 por ciento.

Inversión excepcional para una situación excepcional

Así las cosas, en marzo los incrementos por encima de los dos dígitos fueron la tónica en un SNS que estaba acostumbrado a los incrementos controlados de la factura. En País Vasco y Castilla y León, la demanda subió casi un 30 por ciento. De ahí que la inversión fuera especialmente importante en estas regiones. Los registros del Ministerio arrojan incrementos del 32,19 y del 27,84 por ciento, respectivamente.

También ligeramente por encima del 20 por ciento se situó el aumento de la inversión en la Comunidad Valenciana. En el grueso de comunidades, los incrementos oscilaron entre el 10 y el 20 por ciento: Andalucía, Aragón, Baleares, Cantabria, Castilla-La Mancha, Canarias, Galicia y Murcia.

Además de en Ceuta y Melilla, el gasto solo creció por debajo de los dos dígitos en la Comunidad de Madrid y Navarra. En el caso de Madrid, una de las regiones más afectadas por la pandemia, puede deberse a que el gasto medio por receta fue en marzo de 2020 un -3,36 por ciento en comparación al mismo mes de 2019, muy por debajo de la media.

La ‘curva’ del gasto de receta

Durante semanas, España estuvo pendiente de la ‘curva epidemiológica’. Esa curva ha tenido su reflejo en las estadísticas del Ministerio de Sanidad. En enero, el gasto farmacéutico creció un 3,12 por ciento, en línea con el 2,67 por ciento del primer mes del año anterior. El coronavirus estaba entre nosotros, pero no había llegado aún al sistema sanitario.

Pero en febrero la cosa cambió. La pandemia se dejaba notar a nivel asistencial y la inversión en medicamento de receta llevaba la factura a un crecimiento del 6,58. Esta tasa prácticamente duplicaba la subida del 3,37 por ciento de febrero de 2019.

Tras el pico registrado en marzo, la factura volvió a su cauce habitual en abril. Cerró el mes con una subida del 1,96 por ciento… Menor, incluso, que la registrada en abril de 2019 (2,35 por ciento).

El gasto hospitalario

El incremento de la factura en productos farmacéuticos hospitalarios y productos sanitarios también se observa mejor con la perspectiva del tiempo. En marzo de 2019, este concepto se había incrementado únicamente un 3,4 por ciento, muy lejos del 18,9 por ciento de marzo de 2020.

Si en el caso de los medicamentos de receta la clave se podía leer en relación a los incrementos en la demanda, en el caso del gasto hospitalario es preciso pensar en lo que no se hizo. Es decir, que estos incrementos tuvieron lugar en un mes en el que se postergaron visitas y se suspendieron cirugías e intervenciones no urgentes. Casi la totalidad de la asistencia se dedicó a la Covid-19.

Una pregunta en el Congreso

A tenor de estos datos, el grupo parlamentario popular ha preguntado al Gobierno, en una pregunta registrada en el Congreso, si tiene previsto implementar alguna medida para “favorecer el control del gasto farmacéutico en el SNS, evitar nuevos incrementos y consolidar y desarrollar en cantidad y calidad la asistencia y las prestaciones en todo el país.

De ser así, el PP también pide saber en qué plazos de tiempo, y si esas medidas se coordinarán o no con las comunidades autónomas y con la industria farmacéutica.