J. Ruiz-Tagle Sevilla | viernes, 09 de junio de 2017 h |

La tarde del día ocho de junio comenzó tranquila, sin cambios en el orden del día. El consejero de Andalucía acudió al Parlamento para debatir una Proposición No de Ley presentada por el Partido Popular sobre la mejora de la sanidad pública en la provincia de Huelva. Junto a él estaba su cohorte de asesores y responsables de su gabinete. El aire que se respiraba en el hemiciclo era de total normalidad y tranquilidad. Un día más de actividad parlamentaria en el Hospital de las Cinco Llagas. El debate acabó y Aquilino Alonso dejó el Parlamento como cualquier otro jueves. En su agenda figuraban actos para el día siguiente así como para los días 11 y 12 de junio. Pero el teléfono sonó sobre las 19:30 horas y truncó cualquier plan de futuro. La presidenta, Susana Díaz, le comunicaba —tanto a Alonso como a otros cuatro responsables de cartera de los trece que forman el gobierno regional— que dejaba de ser el consejero de Salud de Andalucía.

La decisión de Díaz fue difundida a las 22:45 horas por la Oficina del Portavoz del Gobierno. El origen de su cese hay que buscarlo en los últimos meses de 2016 y las razones del día elegido responden más al momento político de Díaz tras su derrota en las primarias socialistas. “Desde el tema de los hospitales se habla… Se sabía que querían hacer cambios y dar un giro en las consejerías y áreas que habías sido conflictivas en los últimos tiempos”, aseguran fuentes cercanas al consejero. También el socio de investidura de Díaz, Juan Marín (Ciudadanos) había advertido en los últimos tiempos a la presidenta andaluza de que eran necesarios más cambios en consejerías como la de Salud. La ‘Marea Blanca’ y las diferentes resacas que ha dejado han terminado por ahogar a Aquilino Alonso.

A pesar de las protestas ciudadanas, Díaz y Alonso parecía que habían zanjado la cuestión con el cese del viceconsejero hace tres meses. De hecho, aunque se escuchaba un runrún alrededor del consejero, la presidenta le había apoyado y dejado libertad de actuación. El jueves, sin embargo, la presidenta vio necesario el golpe de timón.


El origen del cese del consejero de Sanidad hay que buscarlo en los últimos meses del pasado ejercicio


Su cese no ha dejado descabezado a la sanidad andaluza. Mientras Alonso recogía sus pertenencias, Marina Álvarez se prepara para desembarcar en la Consejería. La hasta hoy directora gerente del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba será la encargada de enderezar el barco tras los naufragios sufridos, sobre todo, por las polémicas fusiones hospitalarias que se trataron de llevar a cabo en varias provincias andaluzas. A expensas de conocer más de cerca la visión de Álvarez sobre algunos temas farmacéuticos de especial relevancia en la comunidad autónoma —subastas, alternativas terapéuticas equivalentes, etc.— de la consejera se puede afirmar que es una firme defensora de la eficiencia en la gestión pública. “Utilizar de forma cada vez más eficiente los recursos sanitarios es una responsabilidad por nuestra parte, y en este sentido debemos seguir avanzando”, aseguraba Álvarez pocos días después de ser nombrada directora gerente del Hospital Reina Sofía en una entrevista publicada por GACETA MÉDICA. No es la única respuesta que revela que la Consejería de Sanidad no va a perder el perfil técnico que ya aportaba Aquilino Alonso. “Es clave hacer las cosas como toca, basados en la mejor evidencia científica disponible, porque está demostrado que esa es una de las principales medidas de ahorro y eficiencia”, decía Álvarez.

La agenda sanitaria no va a dejar ni un segundo libre a la nueva consejera. La Ley de Garantías y Sostenibilidad del Sistema Sanitario (la principal reforma liderada por Aquilino Alonso y que no verá terminar) se encuentra ahora mismo en trámite parlamentario. Hace dos semanas, los diferentes agentes del sector trasladaron a los diputados regionales sus aportaciones y demandas y, en un principio, se va a celebrar una nueva sesión de la Comisión de Sanidad para abordar el texto legislativo antes de que concluya el primer periodo de sesiones del año. En esta ley se debatirán los encajes legales de las subastas y las alternativas terapéuticas equivalentes. La intención de Aquilino Alonso era blindarlas y contaba con el apoyo de Podemos (con algunos cambios que piden desde la formación morada) y la oposición del Partido Popular y Ciudadanos.


La nueva consejera, Marina Álvarez, tendrá un estreno marcado por la tramitación de la Ley de Sanidad de Andalucía


Otro de los aspectos donde se había focalizado la política de Alonso en los últimos tiempos es la investigación biomédica. La nueva consejera es una defensora de esta aspecto y ha mostrado su preocupación por la traslación del conocimiento desde la investigación básica hasta la comercialización efectiva en la sociedad. “La colaboración entre universidad, investigadores clínicos e investigadores básicos de diferentes disciplinas está permitiendo algunos desarrollos interesantes y permite la creación de patentes y pequeñas empresas que, además de su aplicación clínica, son un impulso económico para la ciudad”, decía.

Álvarez tampoco podrá disfrutar ni de dos semanas antes de tener que acudir a la gran cita interautonómica de la Sanidad. El próximo día 21 de junio tendrá que participar en su primer Consejo Interterritorial, que manejará un orden del día de mucha importancia para el devenir de las políticas regionales. Además de la prolongación del Plan Nacional contra la hepatitis C, algunos consejeros —como el de Castilla- La Mancha— quieren introducir en el debate la política farmacéutica para buscar nichos de eficiencia en la gestión pública.