J. Ruiz-Tagle Madrid | viernes, 15 de marzo de 2019 h |

La tensión que viven los sistemas sanitarios al aunar acceso y sostenibilidad tienen y tendrá un nuevo inquilino que tendrá un rol protagonista: la cronicidad. Hay veces que los retos en el ámbito sanitario llegan casi sin avisar. Es el caso del abordaje de una patología cuando, de repente, irrumpe una terapia que cambia todo el pronóstico de la enfermedad. Otras veces, sin embargo, el problema se divisa en el horizonte y es necesario poner las medidas necesarias en marcha antes de que los nubarrones nublen el panorama.

Los partidos políticos, y las administraciones en general, son conscientes de es necesario repensar el sistema para abordar un problema que sólo puede crecer debido a las esperanzas de vida. De hecho, el primer síntoma que se diagnosticó es la inversión de la pirámide poblacional. Una de las medidas que más se han escuchado durante la ya pasada legislatura es la necesidad de sumar a las políticas sanitarias las de servicios sociales. Y dentro de esto, escarbando un poco más, la necesidad de definir los roles profesionales para que todos, dentro de sus competencias, favorezcan el abordaje de la salud de las personas más mayores.

Otra de las medidas más escuchadas en el seno de las comisiones de Sanidad del Senado y del Congreso han sido la necesidad de cambiar el foco de la atención sanitaria. Pasar de un sistema reactivo a uno proactivo, que priorice el autocuidado de la salud y la prevención, es una necesidad que ni siquiera ha tenido oposición política sea quien sea el proponente de la medida.

Pero, evidentemente, el problema es de tal calado que no se soluciona con alguna que otra medida. Otro de los retos es saber aprovechar todo lo que las nuevas tecnologías ponen al alcance tanto del profesional sanitario como del paciente. En este apartado ha habido alguna propuesta concreta, como la financiación de los últimos dispositivos de medición de la glucosa. Pero, como en los anteriores problemas detectados, el abordaje debe ser integral y con una visión más amplia para tener éxito.

Otro de los debates también ha sido el papel fundamental que debe tener la farmacia asistencial en el abordaje de la cronicidad. Son estos profesionales los que van tendrán la clave en muchos de los problemas asociados a la cronicidad, como la atención domiciliaria o el cumplimiento terapéutico. El déficit de profesionales se hace fuerte en la primaria, nivel asistencial llamado a ser la clave, y el papel del farmacéutico puede aliviar a que esta falta de médicos se note lo menos posible en un paciente que también sufrirá de factores de dependencia.

Para poner luz sobre las propuestas concretas de cada partido, EG se ha puesto en contacto con los responsables de trazar los nuevos programas políticos. Algunos lo hacen desde la responsabilidad que le marca el partido; otros desde la experiencia que les ha otorgado estar al frente de la política sanitaria de su formación. Y si existe algún punto en común entre ellos es que no hay tiempo que perder para comenzar la construcción de un dique que evite que la cronicidad se lleve por delante la sostenibilidad.