El Gobierno y el ministerio de sanidad están poniendo todo su esfuerzo en resolver la crisis de la Covid-19. Eso no es garantía de “cero fallos”. Todos hemos aprendido con esta crisis tras haber ignorado señales y relativizado riesgos. En el cuidado de los pacientes, ahora la monitorización hemodinámica del paciente grave con Covid-19 en UCI es personalizada, y eso permite reducir la mortalidad. Pero en los primeros tratamientos no era así.
Aprendemos sobre la marcha, sanitarios, gestores y políticos. El ministerio tiene distintos frentes, y puede no dedicar tiempo a cosas importantes de gestión. Una oposición constructiva del PP y C’s por separado, ha promovido iniciativas parlamentarias para eliminar los visados de la triple terapia en EPOC y de pacientes anticoagulados. Porque lo que no era justificable antes de la Covid-19, existe el deber de corregirlo ahora, en medio aún de la pandemia. En materia sanitaria, el Gobierno debe escuchar y dejarse apoyar, y la oposición debe ser constructiva
EPOC y Anticoagulados: problemas a resolver ahora
Eliminar el visado de los anticoagulantes orales de acción directa (ACODs) es una demanda de años de los cardiólogos y de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Tantos años que los ACOD perderán la patente en breve y serán genéricos. En el camino, habremos obligado a pacientes con FEV (Fibrilación Auricular Valvular) a no poder beneficiarse de una anticoagulación con ACODs: un 50% menos de riesgo de hemorragia intracraneal frente a las viejas y baratas opciones terapéuticas. Su principal problema no es el precio de los tratamientos con ACOD sino que los viejos anticoagulantes, como el Sintrom®, es extraordinariamente barato.
En materia sanitaria, el Gobierno debe escuchar y dejarse apoyar, y la oposición debe ser constructiva
En presencia de riesgo embólico, la anticoagulación oral es la mejor prevención. La fibrilación auricular (FA) es la arritmia cardíaca crónica más frecuente y se calcula que afecta a un 1-2% de la población.
Se estima que la padece un 8,5% de la población española mayor de 60 años. La FA confiere un riesgo de ictus y embolia sistémica superior en 5 veces al de la población general.
España, heterogénea en prescripción de ACODs
Para los pacientes con FA no valvular, la anticoagulación con ACOD es la elección preferente de los cardiólogos y médicos de familia, y es la práctica común en Europa. En España, el visado de ACODs hace que sean menos prescritos y de manera heterogénea en el territorio, como fué denunciado hace poco más de un año.
Respecto a la triple terapia en pacientes graves con EPOC es, si cabe, más incomprensible. El tratamiento objeto de un visado es más barato que los componentes por separado, y también previene reagudizaciones de la EPOC que obligan a acudir a Urgencias hospitalarias a los pacientes más graves. Ningún funcionario puede negar estos hechos.
La oposición parlamentaria se moviliza
Las asociaciones de pacientes con EPOC y anticoagulación han conseguido llamar la atención de los portavoces de sanidad del PP, Elvira Velasco, y de C’s, Guillermo Díaz.
Neumólogos, cardiólogos, médicos de atención primaria y el sentido común dicen que estos visados deben ser suprimidos con urgencia, y así ha sido recogido en preguntas parlamentarias y PNL
Neumólogos, cardiólogos, médicos de atención primaria y el sentido común dicen que estos visados deben ser suprimidos con urgencia. Así ha sido recogido en preguntas parlamentarias y PNL (proposiciones no de Ley) que han encabezado el Grupo Parlamentario Popular y el de Ciudadanos. No basta con suprimirlos cuando estemos confinados en una potencial fase 0. Hay que revisarlos ahora y facilitar que los tratamientos prescritos lleguen a los pacientes en los próximos meses con normalidad.
Ciudadanos (C’s) refuerza su actividad en sanidad
Guillermo Díaz impulsa desde C’s una pregunta para su respuesta por escrito, y una PNL firmada por el portavoz adjunto del Grupo Ciudadanos en el Congreso, Edmundo Val, y por la diputada Sara Giménez.
La PNL se centra en los enfermos anticoagulados, la cohesión territorial de los anticoagulados y la “epidemia” de trombosis del que avisa la SEPAR.
Con apenas unas semanas como portavoz en la Comisión de Sanidad del Congreso, Díaz confirma que la política es más cuestión de capacidad y de voluntad, que de conocimiento técnico.
Su PNL está formulada con acierto, con una evidente información de las fuentes autorizadas (cardiología y los propios pacientes) y realiza una síntesis y exposición clara. En las peticiones de la PNL es igualmente preciso.
Siempre he sentido un profunda admiración por los veteranos y veteranas de la sanidad, pero Díaz muestra que también se puede construir una mejor sanidad con visión y capacidad política, como la que demuestra en sus iniciativas.
Díaz no necesita tiempo para aprender; llega y actúa. Le seguiremos de cerca, en su contribución a una mejor sanidad, junto al resto de portavoces.
El Gobierno debería escuchar a 700.000 personas y sus familias
Para que la oposición sea constructiva, el Gobierno y el ministerio de sanidad deben practicar la escucha activa. Sus prioridades siguen siendo la Covid-19, pero seria un error considerar estas peticiones como una simple cuestión de “política farmacéutica”. Su solución es política e implica a la cúpula del ministerio.
Es una cuestión de la propia pandemia, que se ha convertido en supervivencia. Que los visados de estos pacientes se eliminen es una decisión ajustada a la evidencia científica, al sentido común y a la realidad de los próximos años.
Lo agradecerían 300.000 pacientes con EPOC grave y más de 400.000 pacientes que no están bien anticoagulados. Son 700.000 personas con sus familias que el sistema sanitario debe proteger con sus recursos. Y no le costaría más a las arcas del Estado, paradójicamente. Los médicos especialistas, cardiólogos y médicos de familia, agradecerían que su criterio clínico pudiera ser tenido en cuenta al tratar a pacientes con EPOC grave y anticoagulados. Soy optimista, y sé que todos los políticos estarán a la altura.