Mucho trabajo por delante para el desarrollo de la profesión farmacéutica

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Existen diversas iniciativas desde distintos ámbitos para impulsar la profesión farmacéutica, tanto en el hospital como en la farmacia comunitaria. ¿Está preparado el farmacéutico comunitario o el especialista en farmacia hospitalaria (FH) para las funciones que se les encomiendan? Dejando la residencia de FH a un lado, como parte esencial de la asistencia sanitaria, ya que ningún representante profesional serio puede cuestionar, aterrizamos en la Atención Farmacéutica (AF), donde abunda el populismo profesional. Para combatirlo, una iniciativa acertada es la revisión de los estudios de Farmacia, que cuenta con la SEFAC, el CGCOF y algunas de las facultades de farmacia más emblemáticas del país. El grado en Farmacia es muy rico en materias que sustentan su ejercicio profesional. Y vienen tiempos en los que habrá que trabajar para que la AF sea, cada vez más, una realidad en distintos ámbitos: medicamentos DH, seguimiento farmacoterapéutico, adherencia terapéutica o labores de cribado y prevención, entre otras actividades profesionales. Siendo una corriente imparable, el desarrollo de la AF se debe hacer con firmeza en cuanto a la capacitación profesional y al soporte legislativo que la sustenta, pero también en colaboración con otros profesionales sanitarios. Ni todos los médicos son iguales, ni todos los enfermeros. La OMC puede dudar de la AF, pero hay Sociedades de Atención Primaria y especializada que confían y valoran el apoyo de la Farmacia Comunitaria. El reciente “estudio” del Consejo General de Enfermería se ha realizado en clave de diferencias y no en las enormes posibilidades de colaboración que tienen mujeres y hombres de la farmacia comunitaria y de enfermería. Si se piensa en el paciente y en sus necesidades, los aspectos corporativistas deben estar en un segundo plano. Hay que trabajar mucho para superar todas las barreras que se encuentra la AF en su desarrollo, y hacerlo pensando sólo en los pacientes.