La crisis sin las farmacias

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Por Carmelo Angulo B. (Embajador de España/Socio Director ABDO)

¿Alguien se imagina cómo hubiéramos transitado como ciudadanos por esta inacabable y dolorosa pandemia, sin nuestras farmacias?. Es increíble lo que los profesionales de farmacia han hecho para aliviar las tensiones sobre la salud, el equilibrio psicológico y las preocupaciones cotidianas y familiares que millones de españoles han sentido en estos últimos meses.

Fundamentalmente, por el colapso del sistema de atención primaria, por las dudas sobre los síntomas del COVID, que se confunden con otras patologías, y por la necesidad de comunicarse verbal y personalmente con “nuestros” farmacéuticos, en un momento de cierre generalizado de los servicios y de confinamiento personal.

Más de dos millones de personas visitan cada día las 22.000 farmacias españolas en las que trabajan 90.000 profesionales. Ante tanta dificultad e incertidumbre, somos conscientes que ese colectivo se ha entregado a fondo, ha demostrado preparación y profesionalidad, cercanía humana y capilaridad para atender en todo el territorio nacional incluidas las zonas rurales más alejadas.

Ha puesto a prueba su disponibilidad sin límites para asegurar la provisión de mascarillas y medicamentos esenciales, para combatir los síntomas más leves del coronavirus, asegurar la cronicidad de los medicamentos, atender al maltrato de la mujer, a través del proyecto Mascarilla 19, e incluso para medicar y atender domiciliarmente a los grupos más vulnerables y a las personas mayores y aisladas, con el apoyo de la Guardia Civil, diversas ONG y algunos sacrificados voluntarios. Todo ello, mientras reiteraban insistentemente su ofrecimiento para que se les permitiera hacer los test de antígenos y colaborar de manera más activa en el tensionado sistema de salud.


El Consejo General de Farmacéuticos tiene claro el compromiso social de unos profesionales que, si bien, son vistos para algunos solo en su faceta comercial, han mostrado su clara vocación de servicio público. Su contribución al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, aunque no sea contabilizado adecuadamente, es notable, al estar presentes en la lucha contra la pobreza, al educar en el uso racional del medicamento y promover la igualdad y las políticas de género y de apoyo a los mayores.

Yo soy uno de esos millones que han usado el “confesionario” de las farmacias para resolver dudas y síntomas confusos que me han asaltado en estos meses y solo tengo agradecimiento.