El pasado abril el Grupo Popular emitió una solicitud de comparecencia en el Congreso al ministro José Miñones para abordar las listas de espera en sanidad. La petición popular quería que se debatiera el nuevo récord de listas de espera según los datos publicados por el misterio de sanidad: casi 800.000 pacientes continúan aguardando una operación no urgente.
El ministro Miñones en su comparecencia en Comisión de Sanidad detalló que el ministerio establece los criterios para los tiempos máximos de espera por consenso. Además, es el responsable de la publicación de los datos de tiempo de espera por CC.AA.
La entonces presidenta de la comisión de sanidad del Congreso, la popular Rosa Romero, instó al ministro a “no esconderse en las CC.AA.” y afrontar este problema como un problema de Estado.
Propuesta de SUMAR
Estos días se ha firmado el acuerdo de coalición de Gobierno de PSOE y SUMAR que incluye el abordaje de las listas de espera. Si el ministerio no tiene competencias en esta materia, y se limita a publicar datos y establecer por consenso los tiempos máximos, ¿qué propone SUMAR? Todo parece que debe querer proporcionar fondos para que se disminuyan las listas de espera en las CC.AA. O puede que no.
Los Populares cuentan con doce Gobiernos autonómicos, los socialistas con tres, más País Vasco y Cataluña con sus Gobiernos nacionalistas e independentistas. ¿Quiere SUMAR colaborar con todos los Gobiernos autronómicos y apoyarles en afrontar el problema de las listas de espera?
“¿La solución de SUMAR pasa por obligar por Ley, por proporcionar recursos o por otra estrategia que no se ha pensado en ninguna consejería durante lustros?”
Conflicto o solución
Querer abrir ahora o en una posible legislatura un conflicto con las listas de espera no es buena idea. Pero SUMAR no cuenta con poder territorial y si el efecto colateral de presionar a las CC.AA. con las listas de espera arrastra a las consejerías socialistas de Castilla La Mancha, Navarra y Asturias, es un daño que a SUMAR puede no importarle mucho.
La ilusión de prometer la “eliminación” de las listas de espera es, cuanto menos, una fábula, como sería afirmar que se va a “acabar con la contaminación atmosférica”.
SUMAR puede pretender manifestar todas las bondades y beneficios que aportaría a un nuevo Gobierno progresista. Por ello se lanza a abordar la sanidad y el más complejo asunto de las listas de espera, sin concretar.
¿La solución de SUMAR pasa por obligar por Ley, por proporcionar recursos o por otra estrategia que no se ha pensado en ninguna consejería durante lustros? Sin experiencia de Gobierno y gestión sanitaria, y sin entender el problema en su verdadera dimensión, parace una propuesta que no se ha meditado mucho.
Los problemas relacionados con las listas de espera echan sus raíces en la escasez de profesionales sanitarios, la falta de recursos económicos y la presión asistencial post pandemia, como factores determinantes.
Una de las soluciones a corto plazo, que es lo que le importa a “la gente”, es que sus intervenciones quirúrgicas se produzcan. Eso implica colaborar con la privada, que cuenta con quirófanos y personal. Pero si no es la idea contar con la sanidad privada, SUMAR debería concretar cómo va a solucionar el problema de las listas de espera, o podremos concluir que se trata de una propuesta demagógica que sólo pretende agitar a las CC.AA.