La sustitución de medicamentos en hospital en la era de la medicina personalizada

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Es un debate que tuvo en su momento una honda preocupación. En 2018 se dio un paso más en una regulación o nota desde la administración pública para que desde la Farmacia Hospitalaria (FH) pudieran sustituir un medicamento por otro. Nadie duda de la capacidad de un farmacéutico de hospital de realizar los cambios que la normativa o las regulaciones permitan, y si es sustituir, pues estará entre sus funciones.

El debate de 2018 se producía al hilo de una mayor flexibilización de la administración para permitir al farmacéutico de hospital realizar sustituciones de medicamentos en sus preparaciones de medicación hospitalaria.

“¿favorece la calidad de la prescripción que una consejería seleccione un sólo medicamento para una indicación?”

Sostenibilidad y sustitución

La sostenibilidad es relevante y es preciso que desde la FH se puedan tomar decisiones, consensuadas en la medida de lo posible, con los prescriptores. Con todo, las sustituciones de biosimilares no se cuestionan y están consiguiendo ahorrar fondos que pueden servir para liberar recursos. La farmacia de Hospital y los biosimilares contribuyen a sostenibilidad.

Selección de un principio activo

Pero ¿dónde está el límite y quién, además de la farmacia de hospital, puede  seleccionar un principio activo y no otro, al margen de la prescripción? Si salimos del terreno de los biosimilares y entramos en los medicamentos innovadores, la cuestión se complica algo más.

En otras palabras, ¿favorece la calidad de la prescripción que una consejería pueda seleccionar un solo principio activo innovador de los distintos disponibles en el arsenal terapéutico hospitalario? La cuestión no es menor, ya que hace años el stock de medicamentos en la FH podía ser determinante. Hoy en día, la logística hace que en horas un medicamento pueda llegar al hospital, especialmente si es la distribución farmacéutica quien lo suministra. Si la cuestión es el precio, podría ser un argumento economicista no exento de problemas, pero ¿Y si ni siquiera es el precio?

La reducción de stocks no puede ser un argumento para decidir que un medicamento prevalezca sobre otro por una decisión administrativa regional. Y no hay muchas razones para hacerlo.

El precio podría ser un motivo, pero no se entiende si está aprobado y tiene sus indicaciones que corresponden a la ficha técnica.

Si un medicamento hospitalario está aprobado y tiene la indicación, no es razonable que no pueda ser prescrito por una norma de rango inferior que aplique una consejería de sanidad.

“las decisiones que afectan a la individualización del tratamiento deben tener en cuenta la evidencia”

Medicina personalizada, no restricción universal

Estamos en la época de la medicina personalizada, y sabemos que cada persona responde de manera distinta al mismo principio activo. La experiencia del prescriptor resulta clave en la decisión de a quién prescribir qué medicamento. Las generalizaciones en las recomendaciones de un sólo medicamento entre varios no responden al interés particular de los pacientes.

Sin duda, la FH ha ganado protagonismo y es el aliado perfecto de los prescriptores para ir en la senda de la sostenibilidad, facilitando el uso de biosimilares en el hospital. Estando de acuerdo en esto, se hace complicado que en determinadas patologías severas en las que se usan medicamentos oncológicos o para el tratamiento de enfermedades inmunomediadas, se limite que la FH pueda disponer de los distintos principios activos o medicamentos aprobados.

Una consejería no debería impulsar la selección de un único principio activo por indicación sobre el resto.

Esta práctica resulta difícil de entender en la época de la genómica y la medicina personalizada. España está dando pasos relevantes y avanzando de manera decidida. Las decisiones que afectan a la individualización de los tratamientos deben tener en cuenta la ciencia y no otras cuestiones sin evidencia de sus beneficios ni apoyo de los prescriptores.