La Red Global

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Antonio Nieto

Director de
El Global

| viernes, 24 de noviembre de 2017 h |

Hace tres años, Sovaldi aparecía en la vida de muchas personas y les daba una nueva oportunidad, les salvaba la vida. Este hecho, el de curar, es el fin último de la innovación. Pero para llegar ahí, hace falta un esfuerzo importante que no siempre termina en la curación de la patología que se está investigando. De ahí que conseguir ese fin último sea alcanzar esa otra dimensión de la que habla María Río en la entrevista que llevamos en las páginas de esta edición de EG. Una entrevista que refleja precisamente esa realidad de la curación de la hepatitis C y que en demasiadas ocasiones dejamos de lado para centrarnos en otros asuntos. El valor de un fármaco es lo que tiene que ser importante, no el precio. Y esa máxima, que cada vez escuchamos más, tiene que convertirse en el día a día. Lo que aporte valor, se incorpora. Lo que no aporte una ventaja significativa, no se incorpora. Algo sencillo de escribir pero muy complicado de llevar a cabo.

Consciente de ello, la industria farmacéutica trabaja por ofrecer herramientas que ayuden a las diferentes administración a basar sus decisiones en resultados en salud. Iniciativas como la presentada por Roche hace unas semanas o la alianza anunciada por Pfizer y Mendelian buscan aprovechar definitivamente el amplísimo mundo que aportan los datos y así poder hacer llegar a quien lo necesite esa valiosa información diferencial y útil. Algo está cambiando, todo está evolucionando y es el momento de no quedarse atrás, de tomar las decisiones necesarias y asumir las consecuencias. Incorporar innovación es apostar por la eficiencia. Apostar por la innovación es asegurar la sostenibilidad del sistema.

Identificadas las medidas y las herramientas que hacen falta para plantear un futuro sostenible, solo queda aplicar la parte de voluntad necesaria para que las cosas sucedan. Ahí es donde los decisores tienen mucho que decir.