Por Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos
Hace tan sólo unos días hemos celebrado el Día Mundial del Farmacéutico convencidos de que la Farmacia es uno de los instrumentos más potentes de los que disponemos para fortalecer los sistemas sanitarios de todo el mundo. Sistemas sanitarios que están agotados y maltrechos tras la pandemia de COVID y amenazados por desafíos globales que afectan de lleno a la salud de las personas pero que, a la vez, trascienden el ámbito sanitario, como la desigualdad, el envejecimiento de la población, la soledad no deseada, el reto demográfico o la conservación del medio ambiente.
Y hace también tan sólo unos días que nos hemos reunido en unas importantes jornadas de la profesión farmacéutica en Extremadura para reflexionar juntos sobre el modelo de farmacia que queremos tener en el futuro, sobre cómo puede la Farmacia ayudar a combatir esos grandes desafíos globales y servir de pilar para sostener el sistema sanitario.
La respuesta es en realidad sencilla: la farmacia puede y quiere hacer más. La farmacia está dispuesta a comprometerse para ser parte de la solución que necesitan los sistemas sanitarios, ofreciendo más servicios asistenciales desde la farmacia comunitaria y dando más soporte social a la población más vulnerable, aprovechando la capilaridad de las farmacias para llegar donde no alcanzan el resto de infraestructuras sanitarias, aliviando los saturados sistemas sanitarios y adoptando, gracias a nuestra formación y conocimientos, nuevos roles profesionales que ayuden a paliar el déficit y sobrecarga del sistema.
Es un camino hacia una farmacia más integrada en el sistema sanitario que ya hemos comenzado a construir con muy positivos resultados en nuevos servicios, como los programas de adherencia terapéutica, las campañas de vacunación, los cribados de cáncer, la red de farmacias contra la soledad no deseada o los programas para la detección de la violencia de género desde las farmacias comunitarias.
Ejemplos de nuevos servicios, como las experiencias de dispensación colaborativa que se están realizando en cinco autonomías para evitar que los pacientes tengan que desplazarse a los hospitales a recoger su medicación, que nos muestran que el impacto de integrar más a la farmacia comunitaria en el sistema trasciende los beneficios estrictamente sanitarios.
Calculamos, por ejemplo, que la dispensación colaborativa es capaz de evitar 10 millones de visitas al hospital, lo que a su vez reduce en 15 millones de horas el tiempo empleado por los pacientes en desplazamientos y evita así hasta 500 millones de euros en pérdida de productividad y 200.000 toneladas de emisiones de CO2 a la atmósfera.
Del mismo modo, ofrecer esta clase de servicios desde las oficinas de farmacia rurales no sólo permite garantizar en condiciones de igualdad el acceso a los medicamentos a toda la población con independencia de su lugar de residencia, sino que está también ayudando a fijar población en la España vaciada, a atraer empleo y riqueza para esas poblaciones.
Nos consta que nuestros gobernantes son conscientes de ello. El propio ministro de Sanidad, José Manuel Miñones, en un acto en la farmacia de Mondéjar (Guadalajara) con motivo del Día Mundial del Farmacéutico anunció la puesta en marcha en breve del Programa de Farmacia Comunitaria Rural para desarrollar esta clase de servicios y proteger la farmacia rural por su gran aportación a la sociedad.
En ese mismo acto, el ministro pidió también a las autonomías avanzar en la implantación de servicios como la dispensación colaborativa a través de la farmacia comunitaria. Y eso nos alienta y nos dice que vamos todos en la dirección correcta.
Sin embargo, queda todavía mucho camino por avanzar hasta tener una farmacia que haya desplegado todo su verdadero potencial asistencial y sea reconocida por ello. A las puertas de una nueva legislatura, es importante empezar a trabajar en planes para integrar la farmacia en el sistema que trasciendan los plazos electorales, que sean capaces de ver el beneficio completo de la aportación de la farmacia incluso más allá de su beneficio clínico y que ayuden a armonizar las políticas y experiencias autonómicas.