Farmaindustria responde al dictamen con la legislación vigente

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La publicidad e información a profesionales sanitarios está regulada. El patrocinio de Congresos científicos, en los que participan profesionales que puede prescribir medicamentos, tiene directivas europeas incorporadas a la legislación española. Farmaindustria recuerda que hay un riguroso marco de transparencia sobre un Código de Buenas Prácticas. Y eso incluye los profesionales, las entidades y sociedades científicas y las organizaciones de pacientes.

Es una cierta duda del beneficio de la contribución privada en la sanidad, de una manera general, verbalizada en otras ocasiones.

Mejoremos la transparencia si eso es posible

Si los códigos y autoregulación no son suficiente, debería indicarse qué hay que mejorar. Pero no se indica y no se plantea una alternativa. Ni siquiera si será posible hacerse cargo de manera eficaz de distribuir los fondos necesarios. Es una cierta duda del beneficio de la contribución privada en la sanidad, de una manera general, verbalizada en otras ocasiones.

Recuerda a la donación de tecnología para el diagnóstico de, entre otros, el cáncer de mama, que realizó Amancio Ortega a través de su fundación. Desde algunas formaciones políticas la rechazaron y la criticaron. Un cierto componente ideológico está detrás de intervenir en las colaboraciones. Y lo que debe hacerse es identificar las areas de mejora y evitar las prohibiciones. Sin olvidarse, eso sí, de hablar con las organizaciones afectadas. Sorprende tanto la medida como la ausencia de explicaciones.

Hablen, pues, de qué es necesario mejorar, pero una prohibición, por una supuesta ausencia de transparencia, no es el camino.

Mejoras en la transparencia

¿Es necesario mejorar la transparencia? ¿Más allá del destino exacto, la cantidad, el concepto o la proporción que el patrocinador realiza respecto al total de la inversión? ¿Más allá de la naturaleza de la colaboración, que debe perseguir fines claros y concretos? Hablen, pues, de qué es necesario mejorar, pero una prohibición, por una supuesta ausencia de transparencia, no es el camino.

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, entre otros organismos públicos y privados, avalan la apuesta del sector farmacéutico por la transparencia. No hay otro sector que haya avanzado más en este sentido.

Para que entendamos hasta dónde llega: la transparencia es más exigente que la que tienen los propios parlamentarios y parlamentarias; éstos indican si prestan algún servicio a alguna compañía, pero no se requiere informar de los honorarios exactos. Y es normal: en la naturaleza de la colaboración está la virtud. ¿O es que alguien le pone defectos a la virtud de promover las actividades de formación de los profesionales sanitarios o de las organizaciones de pacientes? Estoy convencido de que algunos de los 180 diputados y diputadas podrían conocer más en profundidad el cometido de estas entidades. Seguro que muchas de las dudas se disiparían.