El anuncio del Gobierno de su apuesta por la evaluación económica y las propuestas del Comité Asesor para la Financiación de la Prestación Farmacéutica ha marcado una estrategia clara para el periodo 2020-2021. Y esa estrategia pasa por seguir el modelo de Reino Unido en materia de financiación de la innovación.
Y es que no resulta fácil establecer claramente qué es innovación y qué no lo es. Incluso el beneficio incremental de un nuevo medicamento es complejo de evaluar y asignarle un valor y, aún más, un precio. Desde el ministerio ofrecen la versión de que se sigue la estrategia de los países “más avanzados” del entorno español.
¿Es Reino Unido el país más avanzado en materia de precios y financiación? Los datos del informe anual de la Efpia en tiempos de aprobación en la UE en 2019 que publica EG ofrecen información relevante.
La financiación en Reino Unido
Según el informe WAIT, un 88% de las innovaciones oncológicas son aprobadas en Reino Unido tras el visto bueno de la EMA (European Medicines Agency). De éstas, sólo el 44% están disponibles con financiación pública y sin limitaciones.
En Reino Unido se tarda una media de 374 días tras la aprobación de la EMA en disponer de los nuevos medicamentos.
Reino Unido siempre ha gozado de prestigio en materia de evaluación y financiación. Pero Reino Unido ha aprendido la lección: establecer un coste por año de vida ajustado por calidad (AVAC) te puede llevar a excluir de la financiación medicamentos oncológicos que “sólo” prolongan la vida 6 meses.
Alemania: la otra alternativa
Alemania es el país de la UE donde el acceso a la innnovación es mayor. Se financia el 98% de las innovaciones aprobadas por la EMA y se hace en 134 días de media.
España, en algún punto en el medio
España se sitúa en la actualidad en un 58% de medicamentos oncológicos innovadores financiados de los aprobados por la EMA. Y se tardan 450 días en disponer de ellos de media, tras su aprobación europea.
La evaluación económica: experiencias
Las conclusiones del PSOE-UP del grupo de trabajo de sanidad y salud pública de la Comisión para la Reconstrucción del Congreso menciona en el punto 48 la evaluación económica. En el mismo se habla de la evaluación de la eficiencia, la financiación selectiva y la intervención de precios.
Plantear el uso del coste-utilidad parece razonable, en principio. Se trata de un parámetro que utilizó el NICE pero que ocasionó que muchos medicamentos innovadores no pasaran el corte exigido.
Los expertos aseguran que eso dejó fuera de la financiación pública a muchos medicamentos. Por esa razón, Reino Unido creó el Cancer Fund con objeto de dotar de recursos adicionales al sistema público de salud.
El viejo nuevo modelo
Desde la coalición de Gobierno en el Congreso, y ahora desde el ministerio, se quiere apostar por la evaluación económica. Reino Unido utiliza los análisis coste efectividad y Alemania no. Alemania antepone el beneficio clínico y no considera el coste efectividad.
No hay nada que indique la conveniencia de una sobre otra por el hecho de que la utilice un país y no otro.
¿Qué es “mejor”?
Lo que concluyen los expertos es que todas las estrategias de financiación puede ser más o menos válidas. Pero no hay nada que indique la conveniencia de una sobre otra por el hecho de que la utilice un país y no otro.
Pero los expertos coinciden en que el coste por AVAC es simplista. Se puede incorporar, como ha hecho el NICE, pero no debe ser el único mecanismo de evaluación. Y ya sabemos el riesgo que tiene.
Ir hacia atrás no debería ser una alternativa en una nueva política farmacéutica. Al menos, no sin un amplio consenso.
Ir hacia atrás no debería ser una alternativa en una nueva política farmacéutica. Al menos, no sin un amplio consenso.
Ya se tiene experiencia de utilizar el modelo de Reino Unido, como para no repetir el mismo procedimiento que no funcionará, dicen algunos expertos. Porque no ha funcionado en Reino Unido y tuvo que ampliar su presupuesto en medicamentos oncológicos.
Y es que el mundo es más complejo de lo que queremos pensar, y hay que considerar otras aportaciones. Por ejemplo, los pacientes que reciben los tratamientos. Quizás sepamos mejor qué necesitan si se tienen en cuenta sus aportaciones. Como lo hace la Agencia Europa del Medicamento, por ejemplo.