La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha destacado en su último informe a España como uno de los países que más contribuciones científicas ha realizado en materia de COVID-19 a lo largo del año 2020. En concreto, España se sitúa en el puesto tres de los 30 países con más contribuciones científicas en materia del nuevo coronavirus y la enfermedad que provoca.

Es cierto que España ha sido uno de los países más golpeados durante la primera ola, y eso le ha facilitado poder realizar más investigaciones en este sentido, pero no cabe duda que el alto nivel investigador del país juega un papel destacado para conseguir esta privilegiada posición. En el citado informe, la OCDE también reconoce el esfuerzo de España para aumentar los recursos destinados a la I+D+i, la mejora de los instrumentos que dan apoyo a las empresas innovadoras y la extensión de las ayudas durante los meses más duros de la crisis sanitaria causada por el nuevo coronavirus.

El último informe de la OCDE sitúa a España como el tercer país con más aportaciones científicas en materia de la COVID-19. Un dato que debe animarnos a seguir impulsando la I+D

Sin embargo, estos datos no deben hacer otra cosa que animar a las administraciones a seguir aumentando sus inversiones en investigación. Y al hacerlo debe implicarse también al sector privado, pues durante los últimos años es el principal inversor en I+D+i en el país. Casi la mayoría de los ensayos clínicos que se desarrollan en nuestro país se realizan gracias la implicación de compañías, que reconocen el nivel de los profesionales sanitarios e investigadores de nuestro país.

En 2020 el Gobierno aprobó un conjunto de medidas legislativas para reforzar el sistema español de ciencia, tecnología e innovación, recogidas en el Plan de Choque para la Ciencia y la Innovación, el Plan de Resiliencia y en los Presupuestos Generales del Estado, que incluyen el mayor aumento de la historia en partidas directas destinadas a la I+D+i. Un gran esfuerzo, sin duda. Pero este deberá ir acompañado por proyectos concretos que impliquen a todos los agentes del sector y que consigan establecer sinergias que sitúen a España a la cabeza de la I+D mundial.


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