Hoy más que nunca es tiempo de diálogo y, sobre todo, de escucha. De escuchar a unos profesionales sanitarios que han demostrado de sobra su implicación con el sistema sanitario, situándose en primera línea de batalla, anteponiendo la salud de los pacientes a la suya propia. Pero de escuchar también a unos pacientes que han tenido que adaptarse a una situación única, viendo interrumpidas sus consultas y, en algunos casos, sus intervenciones o tratamientos. Los profesionales, conocedores de las carencias que la Covid-19 ha dejado en el sistema sanitario, saben que la crisis ha dejado a su paso muchas grietas en el sistema.

Así lo expusieron, por ejemplo, oncólogos de primer nivel en el debate ‘La asistencia oncológica en tres regiones de España: Galicia, Madrid y Valencia’, organizado por Gaceta Médica y Fundación ECO, con el apoyo de GSK y Fundación Merck Salud. Durante estos meses de confinamiento los servicios han tenido que reinventarse para poder ofrecer la mejor asistencia al paciente. Pero hay intervenciones que se han frenado por completo, por ejemplo los cribados o ciertos tipos de cirugías. Por eso, los profesionales avisan de la necesidad de seguir trabajando y destinando recursos para no perder todo lo avanzado en cáncer. El Plan de Cáncer, aseguraron, es más que nunca una necesidad y debe contar con la financiación suficiente.

Es tiempo de escuchar a los profesionales sanitarios. Ellos tienen las recetas para mejorar el SNS

Pero durante esta crisis también se han adoptado medidas que han facilitado el trabajo de los médicos y que han aportado mejoras en el seguimiento de los pacientes. Una de ellas ha sido la eliminación de los visados. Sociedades científicas como SEPAR llevan muchos meses denunciando la imposición de visados a la triple terapia en EPOC. Una innovación que, además de mejorar la adherencia al tratamiento de los pacientes y, por tanto, favorecer un mayor control de la enfermedad;resulta menos costosa que la administración de los tratamientos por separado. Eliminar de forma definitiva estos visados parece, por tanto, la medida más acertada.
Ahora solo queda esperar a que Sanidad materialice ese reconocimiento a los sanitarios que , de momento, se queda solo en palabras. Es tiempo de escucharles. Solo ellos saben lo que el sistema y los pacientes necesitan.