Cuando Ciencia y Política van de la mano, siempre lo hacen a un ritmo más lento que cuando la Ciencia camina con la Sociedad. Es lógico; el fin último de la Política no es otro que dar respuesta a las necesidades sociales. Es su naturaleza, por lo tanto, ir un paso por detrás. Juntos, pero no atados… No obstante, y como ocurre con los ritmos cardiacos, pueden suceder irregularidades que lleven a descompensaciones peligrosas, situadas fuera del equilibrio natural. Se hace imprescindible entonces abordar la arritmia. Es justo lo que está ocurriendo en el abordaje del cáncer.

La Oncología vive una época fascinante, marcada por cambios de paradigma a nivel diagnóstico y terapéutico, especialmente gracias a los avances en inmunología, diagnóstico molecular y medicina personalizada. Es, diríamos, un mundo digital, pero cuyo día a día es analógico. Un mundo anacrónico, impropio del siglo XXI.

Hay que superar de una vez por todas la parálisis política que arrastramos por un 2019 lleno de procesos electorales y un 2020 marcado por la pandemia

Fundación ECO y Fundamed, con el apoyo de Novartis, han vuelto a poner de manifiesto la importancia de tratar esta arritmia. Mediante electrocardiogramas y ecocardiogramas, las sociedades científicas y los pacientes, acompañados por una prolija representación institucional y parlamentaria, han constatado la necesidad de tratamiento urgente, en forma de un nuevo plan de cáncer o una renovación de la piedra angular del abordaje en España, la estrategia de 2006.

La urgencia viene también, como es lógico, por la futura evolución de la COVID-19. No ha sido posible evitar el impacto de la primera ola, pero es forzoso prevenir de cara al otoño. Por eso, además de avanzar en el plan a medio plazo, se hacen necesarias medidas más a corto plazo que no agraven la arritmia y permita atender las necesidades asistenciales, organizativas y legislativas.

El compromiso profesional y político con este cometido es total, como puso de manifiesto la respuesta y participación masiva al encuentro virtual ‘Una nueva asistencia oncológica’. Hay que superar de una vez por todas la parálisis política que arrastramos por un año 2019 lleno de procesos electorales y un 2020 marcado por la COVID-19. Es hora de tratar la arritmia política en Oncología para evitar que evolucione en colapso, que se pare o, peor aún, que infarte.