El 25 de septiembre es una fecha ineludible para la profesión farmacéutica. Es una día no solo para celebrar y felicitar a los miles de profesionales por su trabajo diario en favor del paciente, también es un día para reivindicar todo lo conseguido y mirar al futuro por todo aquello que aún queda por alcanzar.
Desde la farmacia comunitaria, la farmacia de hospital, los análisis clínicos, la salud pública, la industria y la distribución farmacéutica, la óptica y acústica, la alimentación, la dermofarmacia, la ortopedia o la docencia; se trabajan por y para el paciente. El farmacéutico es un profesional versátil y multidisciplinar que presta un servicio fundamental en la sociedad, sobre todo en su aspecto sanitario. Su potencial es enorme, aunque (por ahora) sus capacidades son más limitadas de lo que deberían.
En los momentos más complicados, de emergencia sanitaria o catástrofes climáticas, los farmacéuticos siempre han dado la cara y han contribuido a subsanar las deficiencias o los desafíos a los que nuestro sistema sanitario por sí sólo no ha podido llegar. La farmacia, además, ha adquirido una responsabilidad a la hora de atender a las más vulnerables, una faceta que se ha visto especialmente en comunitaria, donde su faceta social está en pleno desarrollo y supone un eje vertebrador para muchas localidades, especialmente rurales.
La faceta multidisciplinar del farmacéutico debe aprovecharse en favor de una colaboración asistencial que ahorra costes y mejora la calidad de vida de los pacientes. El medicamento ha de contemplarse no como un gasto, sino como una inversión; y debe ser accesible para todo el mundo. El farmacéutico, como experto en el mismo, es el mejor aliado para entender las necesidades de la sociedad y poder remediar muchos de sus problemas. Ahora queda que las autoridades sanitarias se den cuenta de ello y apuesten por un profesional cualificado, capacitado y con voluntad, que siempre ha respondido cuando se le ha necesitado.
En las felicitaciones que todo el sector ha traslado a El Global, también se han palpado las reivindicaciones y las llamadas de atención. Los farmacéuticos están preparados para mucho más, pueden dar más. Quieren implicarse en más ámbitos, pueden ser parte de la solución a los grandes desafíos sanitarios y sociales de la actualidad.
También piden continuar siendo un equipo, trabajar en conjunto, formar parte de un todo.