La casualidad ha querido que la comparecencia de María Jesús Montero ante la Comisión de Hacienda del Congreso haya coincidido con la confirmación del primer impacto económico de la Covid-19… Un impacto que hace honor a la mayor emergencia sanitaria del último siglo, haciendo realidad las peores previsiones imaginables y que nos demuestra que hoy, también, necesitamos una vacuna para la economía.
El PIB se desplomó un 5,2 por ciento en el primer trimestre de 2020, la mayor caída desde que hay registros, mayor incluso que la de la pasada crisis económica. Y solo es el comienzo. Hay que tener en cuenta que este es el efecto que han tenido en la economía unos 15 días de marzo. Definitivamente, lo peor está por llegar. Urge un ejercicio de responsabilidad colectiva para hacer frente a lo inevitable lo más juntos posible.
Hoy estamos más lejos que nunca de ese punto de encuentro, imprescindible para abordar los Pactos de la Reconstrucción… Un punto que, más allá de las diferencias legítimas que ofrecen los diferentes posicionamientos políticos, permita que se imponga el sentido común y garantice una respuesta rápida, coordinada, ante lo que se avecina. Pero el anuncio del plan de desescalada ha quemado las vías de diálogo con el PP y ha generado críticas unánimes entre comunidades autónomas de todos los colores políticos, que aseguran que, a pesar de las promesas, no ha sido pactado.
El mantra del mando único ya no funciona. El Gobierno Central debe dejar de decir que no ha anulado las competencias de las comunidades autónomas y debe empezar a demostrarlo. Sólo así, quizá, las administraciones dejarán de acusarle de actuar de forma unilateral. De la misma forma, debe dejar de decir que cuenta con la opinión de los grupos parlamentarios y empezar a demostrarlo. El envío a Bruselas del nuevo Plan de Estabilidad antes de desgranarlo en el Congreso ha sido el último ejemplo.
” El Gobierno Central debe dejar de decir que no ha anulado las competencias de las comunidades autónomas y debe empezar a demostrarlo “
España es uno de los países que más tarde ha salido del proceso de descontrol de déficit. Estaba haciendo bien los deberes hasta que estalló la emergencia. Ahora, esos deberes están incompletos y, como consecuencia, abordamos el futuro sin un colchón económico. Nos jugamos mucho. La vacuna para la economía que necesitamos precisa de soluciones inmediatas, fuertes, que no olviden que ahora toca transformar los discursos, promesas y minutos de silencio en recursos para Sanidad y Ciencia.
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