En un mundo marcado por crisis sanitarias recurrentes, cambios demográficos acelerados y el impacto continuo de las enfermedades crónicas y emergentes, el rol del farmacéutico ha cobrado una relevancia indiscutible. La globalización y la interconexión de los sistemas de salud, junto con la creciente demanda de acceso a medicamentos seguros y eficaces, han situado a los profesionales del medicamento en el epicentro de muchas de las estrategias necesarias para abordar los desafíos de la salud pública a nivel mundial.

No cabe duda de que los farmacéuticos han demostrado que son mucho más que simples dispensadores de medicamentos. Su actuación es fundamental en la cadena sanitaria, siendo no solo responsables de la adecuada dispensación y distribución de fármacos, sino también de la educación del paciente, la prevención de enfermedades y el seguimiento terapéutico. Operan en múltiples ámbitos –hospitales, farmacias comunitarias, industrias farmacéuticas y centros de investigación– desde donde han demostrado, con creces, disponer de una capacidad única para adaptarse y evolucionar en función de las necesidades de los sistemas sanitarios.

Enfrentar estos desafíos ligados a la salud requiere un enfoque multidisciplinar, y el farmacéutico, con su conocimiento especializado y su contacto directo con los pacientes, está en una posición única para marcar una diferencia significativa en la salud global. En cada receta dispensada, en cada consejo ofrecido y en cada consulta realizada, los farmacéuticos llevan consigo un compromiso inquebrantable con la salud y el bienestar de sus pacientes.

Para visibilizar este compromiso, y aprovechando la celebración del Día Mundial del Farmacéutico, la Federación Internacional Farmacéutica (FIP) se ha decantado por un lema que lo plasme: “Farmacéuticos: respondiendo a las necesidades sanitarias globales; facilitando soluciones locales”. Así, se confirma la implicación de estos profesionales de cara a hacer frente a retos como el acceso farmacológico desigual, las enfermedades crónicas, los determinantes sociales, el aumento de las coberturas vacunales, las resistencias antimicrobianas e, incluso, el incremento de la automedicación.

Con el objetivo de homenajear la contribución de los farmacéuticos, España se ha “teñido” de verde con el alumbramiento de más de 100 edificios repartidos por todo el territorio nacional. Así, estos destellos lumínicos se han sumado a las más de 22.200 farmacias que todas las noches, con su cruz verde, dejan presente que la cruz de la Farmacia, no se apaga. Los farmacéuticos seguirán siendo, hoy y siempre, un “faro” en el camino hacia un mundo más saludable, sostenible y solidario.